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sábado, 26 de agosto de 2017

El Madrid exhibe su armario en el Trofeo Bernabéu

Por Aliet Arzola

El Real Madrid se dio otro paseo veraniego en el Trofeo Bernabéu, disputado en el santuario blanco contra la Fiorentina, club invitado de honor a la cita para conmemorar el 60 aniversario de la segunda Copa de Europa ganada por los blancos con Gento y Di Stéfano en rol de goleadores. Precisamente los italianos fueron los rivales en aquella oportunidad, y ahora, con los merengues en estado de gracia, el detalle ha sentado muy bien en el conjunto viola, que no atraviesa por sus mejores momentos.  

Octavos en la Serie A el pasado año, goleados en la primera fecha de la actual liga por el Inter de Milán y separados de su artillero Nicola Kalinic, ahora en el Milán, la Fiore llegó en horas bajas al Bernabéu, pero su puesta en escena resultó decorosa, teniendo en cuenta el gran nivel que exhiben el cuadro español por estos días dulces. De entrada, los transalpinos pusieron la pimienta desde el mismo arranque del pleito con un buen gol desde los límites del área, anotado por el francés Jordan Veretout con un disparo de zurdo que burló por completo a Kiko Casilla. La jugada tomó dormido al Madrid, con resaca luego de sus continuos éxitos, y confirmó la calidad de Giovanni Simeone, el hijo del Cholo, en carrera con balón dominado.

Habían transcurrido solo cuatro minutos del encuentro, por lo que el gol fue una señal para los presentes en el santuario de Concha Espina de que podrían disfrutar un festival ofensivo en el resto de la noche. El Madrid respondió rápido, porque se ha acostumbrado a mirar a los rivales desde la superioridad, y verse debajo en la pizarra ya no le suena ni medianamente bien. Entregados a la creatividad de Asensio y al vértigo de Cristiano Ronaldo, fresco y consciente de que no tendrá mucha carga en los próximos días, el Real comenzó a mover la pelota de un lado a otro, pacientes, como ajustando la mirilla para el zarpazo letal. Ese golpe llegó enseguida por un balón que Asensio prolongó hacia CR7 y este, en plan rematador, tiró al arco, pero le salió un centro que Borja Mayoral mandó a las redes para la igualada. Siete minutos y dos goles.

Para Mayoral fue un gol bálsamo, porque no ha jugado mucho en el verano y no tiene demasiado claro dónde estará el 1ro de septiembre. Por la escasez de delanteros en el Madrid más allá de Benzema, Cristiano o Bale, Mayoral es la opción natural en el puesto, y bien le convendría al club mantenerlo para tener un recambio en caso de lesiones o fatiga. El joven ariete se sintió arropado y cuajó un encuentro sólido al frente, dispuso de ocasiones y mostró su remate, asistido por Dani Ceballos o el propio Asensio. Otro que enseñó sus cualidades fue Marcos Llorente, quien sería titular en todos los conjuntos de La Liga, excepto en el Madrid, donde está bloqueado por Casemiro y Kovacic. No obstante, con una temporada larga por delante y un técnico como Zidane, quien implica a todos los que trabajan fuerte, Llorente tendrá más oportunidades y ahora probó estar listo.

Otro que a la vista lucha por algo más que un puesto de suplente de lujo es Asensio, quien no para de crecer. Su impacto en el campo puede ser brutal donde quiera que se lo proponga, pues cuenta con todas las herramientas para dominar el juego de velocidad y contraataque, o bien la tranquilidad y las posesiones prolongadas. Ante la Fiorentina puso sobre la mesa parte de ese arsenal y salió aplaudido por una hinchada que lo quiere en el once el mayor tiempo posible. El balear es el rostro del futuro, y Cristiano Ronaldo un monstruo del presente. Sancionado en La Liga y sumamente descansado, metió un golazo directo al sitio de las telarañas, muy similar al que noqueó al Barcelona en el Camp Nou. Carrera, recortes y chutazo de derecha fueron su receta esta vez, señal de que volverá con más hambre, como ya ha anunciado. Con ese gol de Cristiano se saldó la victoria 2-1 del Madrid en el Trofeo Bernabéu, el cual fue propicio para enseñar las cartas del futuro, los chicos que han tomado Madrid por asalto para colocarlo como el equipo de más profundidad en España y, probablemente, de Europa.