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viernes, 18 de agosto de 2017

El terror azota Barcelona

Por MartaN

La muerte de catorce personas ha sido el resultado de unos ataques yihadistas que esperaban conseguir mayor alcance. Las noticias que llegaron este jueves desde Las Ramblas conmocionaron a toda España aunque le pese a Carles Puigdemont. El presidente de la Generalitat se niega a hablar de la colaboración y apoyo de los españoles para hacerlo de la de la gente que visita Cataluña. Pero el ataque de Cambrils en la madrugada de este viernes ha terminado de desatar el terror en una España que ha visto como, a poco más de un mes para la celebración del referéndum independentista unilateral, Mariano Rajoy y Puigdemont han unido fuerzas contra el terrorismo.

Unos segundos y todo cambia. Muy poco tiempo basta para accionar un plan de muerte y lucha por lo que se considera una causa justa: la guerra santa. Es la razón de ser del yihadismo, aquello que determina y marca su manera de actuar y que, difícilmente, podrá variar. Su conciencia les hace luchar por los límites más fanáticos de una religión que, gracias a las actuaciones de unos pocos, no para de encrespar y poner en el punto de mira de la sospecha a todo aquel que tiene rasgos árabes. Una conciencia que no casa con la mayoría del mundo y que solo conoce la muerte como el camino hacia la gloria. En esa lucha, el yihadismo ha encontrado en Europa el blanco perfecto para atentar contra los infieles. Londres, Estocolmo, Niza, París, Berlín…

¿Y España? Tras el atentado del 11-M los yihadistas no habían dejado grandes señales de su poder asesino y en la mente de muchos rondaba la temerosa idea. “Algo pasará” y así ha pasado. Unas Ramblas llenas de turistas y ciudadanos catalanes (que también son españoles, Puigdemont) fueron el escenario perfecto para, de nuevo, arrollar con una furgoneta a todo aquel que pasaba por delante. Parece que los atropellos masivos, rápidos y muy mortales, están siendo la nueva tónica operativa dentro de los integrantes de DAESH quien ya se ha atribuido la autoría de los hechos. Gritos de terror, personas sangrando por el suelo y el miedo personificado en todos aquellos que huían Plaza de Catalunya para abajo atemorizados por no sabían bien qué. Algunos encontraron en las tiendas su mejor refugio contra el miedo y en ellas permanecieron hasta que la Policía consideró segura su salida. Pero el terror ya había azotado a Barcelona y la muerte hizo su aparición. Trece personas han muerto en este ataque y entre las víctimas había un menor. Inocentes sometidos al azar de aquellos que encuentran en el miedo y la muerte su mejor arma. De los que luchan por una conciencia que para el resto resulta inexistente en ellos y que no se achaca más que al fanatismo y la locura. Pero un loco hace cientos y no hay mejor prueba de ello que lo ocurrido durante este jueves en Barcelona donde trataban de llevar a cabo más atentados.

Aunque no lo lograron, sí que volvieron a causar el pánico en Cambrils en la madrugada de este viernes. Hasta cinco terroristas han sido abatidos por la Policía tras un nuevo arrollamiento que ha supuesto la vida de una mujer española. Un total de catorce personas inocentes sobre las que el mundo entero ha querido mostrar sus condolencias pero a quienes nadie devolverá a la vida.

Pero Barcelona debe continuar porque, como bien ha gritado este viernes al medio día durante el minuto de silencio en honor a las víctimas, “no tiene miedo”. Nada ni nadie les quitará el querer abrir sus puertas al mundo y al futuro. Un futuro al que no podrán unirse catorce personas por la decisión instantánea de unos locos de girar su furgoneta y entrar en Las Ramblas arrasando con todo lo que se ponía en su camino. Un despiadado acto que ha llevado al presidente de la Gneralitat, Carles Puigdemont, y al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a reunirse y comparecer juntos este viernes. A poco más de un mes para saber si se celebrará o no el referéndum independentista unilateral en Cataluña, ambos mandatarios han expresado su sentimiento de condena y han anunciado que la coordinación de los distintos cuerpos policiales y administraciones para investigar lo ocurrido y atrapar a todos los culpables. Entre tanto, Puigdemont no ha querido perder la ocasión para agradecer a todos aquellos que transitaban por Las Ramblas, tanto catalanes como el resto de gente, tratando de evitar hablar de los españoles como sí hizo Rajoy; su colaboración, apoyo y forma de actuar tras los horribles sucesos de este jueves.