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domingo, 20 de agosto de 2017

Hace su aparición un novedoso portaaviones británico

Por G_nkerbell

El inmenso portaaviones británico HMS Queen Elizabeth, el más grande jamás operado por la Marina Real, llegó miércoles a su puerto de base en Portsmouth por primera vez desde que saliera al agua y comenzara su etapa de pruebas en el mar. Ya concluyó sus primeras pruebas en alta mar y está fondeado en su puerto de base, en el sur de Inglaterra. Queen Elizabeth es el segundo barco más grande del mundo luego de los Nimitz estadounidenses y su construcción demoró 7 años. Cual nuevo Titanic del 2017, la llegada del Queen Elizabeth a la base de Portsmouth, en el sur de Inglaterra, atrajo a una multitud deseosa de observar por primera vez este inmenso buque de casi 300 metros de largo que requiere de una tripulación de cerca de 200 para navegar correctamente.

El inmenso portaaviones británico HMS Queen Elizabeth, el más grande jamás operado por la Marina Real, llegó miércoles a su puerto de base en Portsmouth por primera vez desde que saliera al agua y en comenzara su etapa de pruebas en el mar. Ya concluyó sus primeras pruebas en alta mar y está fondeado en su puerto de base, en el sur de Inglaterra. Queen Elizabeth es el segundo barco más grande del mundo luego de los Nimitz estadounidenses y su construcción demoró 7 años. Tiene un desplazamiento de más de 60 mil toneladas, lo que lo hace uno de los buques de guerra más grandes en funcionamiento en el mundo, solamente superado por los portaaviones nucleares de Nimitz en la marina de los Estados Unidos. Este bebé británico tuvo un coste de alrededor de tres mil millones de libras esterlinas lo que da casi 4 mil millones de dólares y se comenzó a construir en el año 2010 en siete astilleros del Reino Unido, antes de ser ensamblado en Rosyth, Escocia.

Tras ser lanzado a la deriva con su nombre en el año 2014, en junio de este año realizó su primera prueba en alta mar y los constructores, diseñadores esperan que continúe activo aún en el año  2020. Cual nuevo Titanic del 2017, la llegada del Queen Elizabeth a la base de Portsmouth, en el sur de Inglaterra, atrajo a una multitud deseosa de observar por primera vez este inmenso buque de casi 300 metros de largo que requiere de una tripulación de cerca de 200 para navegar correctamente. Si se toma en cuenta al personal necesario para operar su flota de aviones en la cubierta, el total de integrantes podría llegar a los mil 600 tripulantes.

La primera ministra del Reino Unido,  Theresa May, estuvo presente en la recepción del portaaviones, para la cual se prohibió el vuelo de aviones y orgullosa refirió que Gran Bretaña realmente tiene a los mejores marineros y oficiales del mundo, los que merecen el mejor equipamiento, y ese es el HMS Queen Elizabeth. La mandataria catalogó a la nave como un símbolo del Reino Unido como nación global y marítima.

También como una declaración de Gran Bretaña al mundo y una demostración del poder militar británico y su compromiso con un rol global mayor, caracterizó al buque por su parte el Secretario de Defensa Michael Fallon y a la vez afirmó que miles de personas en todo el Reino Unido tuvieron una parte en la construcción del barco y su nave hermana, el HMS Prince of Wales, de las cuales están inmensamente orgullosas. Aunque de siempre reconocida potencia naval, el Reino Unido se quedó sin portaaviones en el año 2010 cuando cundo pasó a retiro a los últimos que mantenía operativos. Por ello el nuevo buque y su gemelo aún en construcción están diseñados para devolver la capacidad a la Marina Real ante el despliegue del caza hecho en Estados Unidos, Lockheed Marrtin F-35B

Según medios británicos, ante la inauguración del Queen Elizabeth, cuando se aseguró que Rusia miraría con envidia el desarrollo del arsenal marítimo de Gran Bretaña, un portavoz del ministerio de Defensa ruso aseguró que sin los modernos sistemas de misiles antiaéreos y antibuques de fabricación rusa, el Queen Elizabeth era  solamente un blanco naval convenientemente grande para los ataques, que no debería alejarse de sus aliados estadounidenses.

Pro a pesar de conflictos y guerras, los portaaviones han casi objetos de arte y valor incalculable además de históricos medios de mostrar el poder e influencia de las principales potencias militares, pues permiten alcanzar prácticamente cualquier rincón del planeta. Y aunque Estados Unidos lidera entre las flotas de portaaviones del mundo, tanto por amplitud como por su tamaño y capacidades, cada vez más países fabrican este tipo de barcos, como el Liaoning chino, que entró en operaciones en 2016.