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sábado, 12 de agosto de 2017

Los dos prodigios del ring

Por Jhonah

El estadounidense Muhammad Ali y el cubano Teófilo Stevenson bien pudieron haber sido los protagonistas de una verdadera “Pelea del Siglo”, sin embargo, ese enfrentamiento nunca aconteció  y el mundo no logró observar el duelo entre, para muchos, los mejores pesos completos del profesionalismo y el amateurismo, en ese orden. Dos prodigios sobre el ring. Dos historias completamente diferentes. Stevenson, el hombre que nunca renunció a su pueblo. Ali, el hombre que rompió cánones impuestos por la sociedad de la segunda mitad del siglo XX. Ambos con interesantes anécdotas y hazañas y, sobre todo, muchas victorias sobre el ensogado.

Ali y Stevenson se movían como autos de Fórmula 1, a pesar de sus kilogramos.  Gozaban de pegadas demoledoras y apenas sufrieron derrotas. Uno de los momentos más sagrados en sus carreras fue cuando los promotores intentaron una pelea entre ellos. El objetivo era precisar quién era el mejor pugilista de la división. Nunca las partes se pusieron de acuerdo, y lo que sí se logró fue una hermosa amistad entre Ali y Stevenson y entre Ali y el glorioso pueblo cubano.

La idea era celebrar cinco combates de tres asaltos para una suma de 15 rondas. En ese caso, los jueces sumarían sus boletas para determinar al vencedor. Todo comenzó en 1977. Unos meses después el contexto se congeló y nada fructificó. Murió así la posibilidad de lo que fue denominado como la “Pelea del Siglo”. El último intento por enfrentarlos se produjo en 1978. Stevenson recibió una oferta de 5 millones de dólares, la cual volvió a desechar. Alí, en ese momento, tampoco se mostró tan interesado y expuso que perdía demasiado ante un fajador amateur.  

Nada de eso mancilló las personalidades de estos eternos reyes, que años después se abrazaron y le enseñaron al mundo que la fraternidad siempre está por encima de todo. Cultivaron una gran amistad y varias veces se encontraron en Estados Unidos y en La Habana. Precisamente, en la capital de la mayor de las Antillas, subieron al ring, hicieron sombra y el mundillo boxístico tuvo la opción de verlos, juntos, entre las doce cuerdas.  

Las carreras de estos fenómenos se resumen en una palabra: esplendor. Nunca menos. Hicieron revolución y rompieron barreras. El caribeño, un paradigma dentro del pugilismo aficionado. El norteamericano, un moreno fino que venció a Foreman en Zaire,  peleó con todo frente a Frazier en Filipinas. Todo ello agigantó sus hojas de servicio a nivel de leyendas.

En el 2012, tras la muerte de Stevenson debido a un infarto, el 11 de junio, en La Habana, Cuba, Ali manifestó que fue uno de los mejores, un hombre cálido y abrazable. Mis condolencias para su familia y amigos. Que descanse en paz, dijo “el más grande”, quien se retiró ante Trevor Berbick, el 11 de diciembre de 1981.

Muhammad, en cambio, nos dijo adiós aquel fatídico 3 de junio de 2016. Sumaba 32 años batallando contra la enfermedad de Parkinson, ese desorden del sistema nervioso que afecta al movimiento. No obstante, solo hasta su último respiro dejó de intervenir en el debate público y ser un fiel activista de las causas sociales.