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lunes, 21 de agosto de 2017

Los militares cubanos en Venezuela no se quedan quietos

Por YCC

La presencia de militares cubanos en Venezuela es un asunto permanente en los medios de oposición venezolanos. Sin embargo, aunque mucho se ha dicho sobre la influencia del gobierno de Cuba en el actual mandato de Maduro, no existen pruebas reales de tal intromisión. De lo que sí hay evidencias es de la violencia que genera el tema, que incluso, alcanza la agresión verbal contra periodistas que por demás, en muchos casos, son abiertamente opositores. Este es el caso de Sebastiana.

Venezuela atraviesa un periodo de convulsión social en el cual han resurgido muestras del fascismo más visceral, con, por ejemplo, personas quemadas vivas por tener color político; pero también ha levantado una oleada de xenofobia que se ha enfocado en Cuba, en el gobierno cubano, o sus representantes en la nación bolivariana.

No voy a enjuiciar las razones y objetividad de la presencia de cubanos en Venezuela, pero debemos resaltar que esos mismos cubanos pasaron meses luchando contra el ébola en África, y en vez de ofensas, hasta la ONU les dedicó premios y reconocimientos.

Pero vayamos al tema. Como parte de esa xenofobia contra cubanos se ha creado un ambiente hostil en redes sociales como Twitter, donde cada mención sobre Cuba anima a usuarios opositores a armar la de Dios es Cristo. Sin embargo, suceden hechos que exponen niveles de intolerancia con el ejercicio de la libertad de opinión política y de expresión. Vamos allá:

Sebastiana Barráez (@SebastianaB) es una periodista venezolana que se ha especializado en temas militares. Desde 2013 mantiene activo su blog Sebastiana sin secretos, que a su vez deviene como una exquisita columna en el semanario Quinto Día. Además es fuerte y constante su presencia en Twitter, la red más popular en Venezuela. Ni Sebastiana ni el semanario se acercan en nada al chavismo, al contrario, ambos son críticos de este, y Sebastiana, en particular, ha hecho méritos con denuncias contra el gobierno relacionadas al área militar.

Andrés Licari, según su perfil en Twitter (@lavidaporvzla), es un joven opositor venezolano que en su descripción se cataloga como otros miles más: antichavista, anticomunista y anticastrista. Una gota más en el mar. Pero sucede que Licari preguntó en Twitter a Barráez cuán objetivo sería afirmar que Cuba ha invadido entidades militares y de seguridad; y la periodista, en una loable actitud en pocas personas públicas, le respondió al joven que ella no utilizaría el término “invadido”.

Barráez no dijo nada más allá. Fue un punto y final. Sin embargo, la insinuación en su respuesta a que no hubiera tal invasión de cubanos en Venezuela desató la ira de usuarios opositores que empezaron a emitir criterios en los cuales no se refleja ni un ápice de objetividad. Además de pedirle que le ponga nombre al hecho de que haya cubanos influyendo en el gobierno de Venezuela, los twitteros le preguntan, con sarcasmo, si alguna vez ella ha visitado un registro mercantil, una notaría, ministerios, cuarteles, e instituciones de todo tipo donde se asume haya personal de Cuba, incluso, que son dirigidos por cubanos.

Por otra parte, llama la atención que en los twitts hablan de la presencia de los CDI como expresión de la invasión cubana. Pues bien, ahí sí parece haber un error. Los CDI son centenares de Centros de Diagnóstico Integral que están dispersos por toda la geografía de Venezuela, y su misión es, desde 1999, en beneficio principalmente de los sectores más desfavorecidos. En claro, se intenta proyectar como invasión militar la garantía de servicios médicos gratuitos que ofrece Cuba desde aquel desastre de Vargas. Así anda la oposición venezolana, o mejor dicho, sectores xenófobos y ultra radicales que en ella conviven.

Para Barráez, supongo que el hecho represente la pérdida de un grupo de lectores. Tampoco es que en lectores como esos el ejercicio objetivo del buen periodismo logre calar mucho. Para Licari, ignoro si la respuesta habrá esclarecido sus dudas.Pero lo que sí es seguro es que para la prensa, el ataque visceral a una periodista por las opiniones emitidas (aun tan ligeras como en este caso de Barráez) constituye una agresión a la libertad, un atentado a la democracia y al deber elemental de informar sin que ello exponga condición humana. Quienes atacan a un periodista, son terroristas de la intelectualidad y la prensa. A Venezuela un mensaje: Tolerancia y sentido común. ¡Estamos con la Barráez!