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miércoles, 23 de agosto de 2017

Los posibles beneficios de tomar el sol

Por Diana Lorenzo

Tomar el sol es de los rituales más comunes y expandidos entre turistas que visitan las playas del mundo, o aquellos que incluso, desde su propia azotea, deciden dorarse o entregarse a la relajación, en tanto disfrutan de los rayos del astro rey. Sin embargo, con el devenir de los años, y tras los efectos del cambio climático y la expansión del agujero en la capa de ozono, el sol se ha transformado de aliado a enemigo potencial; causante de un sinfín de enfermedades de la piel, muchas de ellas, irreversibles. ¿Debemos entonces abandonar esta práctica o sencillamente aprender a convivir junto a él?

Muchos son los errores que cotidianamente se cometen en materia de exposición al sol. Por ejemplo, especialistas en la materia aseguran que nunca debemos solearnos en horas centrales del día; tampoco dejar de usar fotoprotección. Pensar que el fotoprotector protege al 100 por ciento es también un error que puede pagarse con potentes quemaduras; así mismo, si extendiéramos la loción protectora de forma escasa e incompleta.

Cuando la persona expuesta no se protege adecuadamente de la incidencia de los rayos del sol, puede ser víctima de dos consecuencias fundamentales:

Riesgo agudo de quemaduras Se trata de la llamada quemadura solar de primer grado. Esta se puede identificar cuando se manifiesta eritema o enrojecimiento. En el caso de la quemadura de segundo grado implica la aparición de ampollas. A largo plazo, estas dolorosas manifestaciones cutáneas pueden convertirse en un cáncer, fundamentalmente de tipo melanoma y carcinoma basocelular.

Aprovechando adecuadamente la luz solar Activar la vitamina D en nuestro organismo puede ser uno de los escasos beneficios de exponernos al sol, sin embargo, debe hacerse con horarios y límites. Veinte minutos diarios  es tiempo suficiente, se recomienda por parte de especialistas en dermatología que sea a horas tempranas o tardías de la jornada, antes de las 11 a.m. o después de las 5: 00 pm (17 horas).

Al instante en que se vaya a aplicar el protector solar, se debe hacer de forma abundante y efectuarlo de forma asidua. El tiempo ideal es echarse 30 minutos antes de la exposición y repetir cada 3 horas. Es importante también aplicarla en aquellas zonas de nuestro cuerpo que generalmente olvidamos como las orejas, el dorso de los pies, los párpados y el cuero cabelludo, esencialmente en personas que padecen alopecia.

En el caso de los niños se deben tomar precauciones especiales, pues su piel es tersa y propensa a ser atravesada por los rayos ultravioletas con mayor facilidad. Bajo ninguna circunstancia deben exponerse ante de los dos años, pues además, las quemaduras en esta etapa de la vida, determinan el padecer un cáncer de piel en edades futuras.