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sábado, 26 de agosto de 2017

Los riesgos a los que los negociantes se enfrentan a diario

Por Janet Rios

La gestión de riesgos con el devenir del tiempo ha realizado considerables progresos en los últimos años y los responsables de tesorería y los directores financieros de las grandes organizaciones se han convertido en expertos en la cuantificación y gestión de una amplia variedad de riesgos, desde las fluctuaciones de divisa hasta los vertidos químicos, pasando por los fallos de los sistemas informáticos. Las empresas se defienden de los posibles riesgos con la implementación de herramientas perfectamente contrastadas, como la protección de divisa, los seguros y los sistemas de seguridad de información. Se comenta que existen siete riesgos en todos los tipos de organizaciones existentes en el mundo, entre los que se encuentran.

En un primer lugar se encuentra la reducción extrema de los márgenes del sector. Pues a medida que los sectores evolucionan, los sucesivos cambios pueden dar lugar a esta amenaza para todas las empresas del sector.

El segundo riesgo se encuentra encaminado hacia los cambios en las tecnologías. Los riesgos en los que interviene la tecnología por ejemplo, la probabilidad de que un producto pierda la protección ofrecida por su patente o de que un proceso de fabricación se quede desfasado pueden tener gran repercusión en los resultados organizativos. Sin embargo, cuando una nueva tecnología invade inesperadamente un mercado, es posible que ofertas concretas de productos y servicios devengan realmente obsoletas en un plazo muy breve de tiempo.

El riesgo de degradación de la marca, estas se encuentran sujetas a una amplia variedad de riesgos que pueden reducir notablemente su valor. En algunos casos, el riesgo puede aparecer de la noche a la mañana y suponer para la marca la amenaza de un desplome total.

El cuarto riesgo se encuentra asociado con un competidor fuera de serie que aparece y acapara la parte del león del valor del mercado. Es de crucial importancia otear constantemente el horizonte para identificar lo antes posible las empresas que, tanto si pertenecen a su mismo sector como si no, podrían convertirse en ese tipo de rival.

En el quinto lugar se encuentra el cambio de prioridades de los clientes potenciales y no potenciales de una organización. Dos contramedidas muy eficaces para la gestión de este riesgo son la continua creación y análisis de información exclusiva capaz de detectar la siguiente fase de las prioridades del cliente, y la experimentación rápida y barata, que ayuda a los directivos a perfeccionar rápidamente las variaciones adecuadas de productos para ofrecer a distintos micro segmentos de clientes.

El sexto riesgo, se encuentra fundamentalmente encaminado a aquello que ninguna organización quisiera afrontar, el fracaso del nuevo proyecto. Cada nuevo producto o servicio se enfrenta a la posibilidad de no funcionar técnicamente, de no atraer a clientes rentables, de que los competidores lo imiten rápidamente o de que su crecimiento sea excesivamente lento o costoso. La mejor protección frente a este riesgo comienza con una evaluación clarividente de las posibilidades de éxito del proyecto antes de lanzarlo.

Por último, el riesgo más peligroso para las organizaciones, es el estancamiento del mercado. Son innumerables las grandes empresas que han sido testigos del estancamiento o declive de su valor de mercado como consecuencia de su incapacidad para encontrar nuevas fuentes de crecimiento. La contramedida más eficaz para este tipo de riesgo es la “innovación de la demanda”, que supone la redefinición de nuestro mercado analizándolo desde el punto de vista de los principios económicos de los clientes y ampliando el valor que ofrecemos a nuestros clientes más allá de la funcionalidad del producto, es decir, ayudando a nuestros clientes a reducir sus costes y a mejorar su rentabilidad.

Todas las organizaciones deben tener en cuenta la posibilidad de evaluar estos riesgos antes de pretender lanzar productos nuevos al mercado o simplemente a la hora de crear nuevas demandas de negocios. Pues de este modo se está emergiendo una nueva visión de la relación entre el riesgo y la recompensa para las organizaciones.