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viernes, 18 de agosto de 2017

Un pastel de frutas de más de 100 años

Por Yamy

Un equipo de conservadores de la fundación Antarctic Heritage Trust halló en el continente de hielo, la Antártida, un pastel de frutas de unos 106 años, aproximadamente, en increíble estado de conservación. Fue restaurado y devuelto al refugio centenario donde fue encontrado, con el objetivo de exhibirla a los visitantes que se aventuren a realizar una expedición a la zona. Lo que más daño tenía era el envase, que estaba oxidado, mientras que el contenido, tanto el papel, como la torta, estaba casi intacto, como si el tiempo no hubiera pasado.

Un pastel de frutas fue encontrado intacto bajo el hielo de la Antártida en el sector Cabo Adare. El sitio está rodeado por la cordillera del Almirantazgo, y destaca por haber sido un importante campamento base durante la edad heroica de la exploración de la Antártica, hace más de un siglo.

El hallazgo estuvo liderado por personal de la fundación Antarctic Heritage Trust, quienes explicaron que el dulce se encontraba en una estantería, aún envuelto en papel e intacto dentro de su lata, y a pesar de que estaba oxidada, el bizcocho de frutas tenía buena apariencia y estaba en buen estado de conservación, incluso con aroma “casi comestible. Según estimaciones, la torta pudo haber pertenecido al explorador británico Robert Falcon Scott, conocido como Scott de Antártica, un Oficial de la Real Armada británica y explorador polar que murió por hipotermia durante una expedición al continente más austral de la Tierra.

El personal de conservadores del Heritage Trust, que tiene su sede en Nueva Zelanda, encontró la torta de frutas en el edificio más antiguo construido en el continente de hielo: una de las cabaña que en 1899 levantaron los exploradores noruegos liderados por Carsten Egeberg Borchgrevink, un explorador polar anglo-noruego reconocido por ser uno de los pioneros de los modernos viajes antárticos. Las edificaciones sirvieron de refugio para la fallida expedición Terra Nova de Robert Falcon Scott, entre 1910 y 1913. Las cabañas fueron las primeras construidas en la Antártida, y al día de hoy es el único primer rastro de la humanidad en cualquier continente, de ahí la importancia de su conservación.

De acuerdo con los investigadores, el famoso explorador británico era adicto al pastel de fruta que producía especialmente la compañía Huntley & Palmers. Este postre ha sido bastante popular en la sociedad británica desde aquellos años. Por demás, vivir y trabajar en Antártica obliga a comer alimentos altos en azúcar y en grasas, y la torta de frutas coincide perfectamente con esa descripción, y por si fuera poco va muy bien con la bebida favorita de los británicos, el té.

El continente de hielo, Antártica, puede ser uno de los ambientes naturales más hostiles del planeta. Desde mayo de 2016 un equipo de cuatro científicos se encuentra buscando artefactos en los edificios en Cape Adare, y ha logrado obtener unos 1500 objetos como herramientas y ropas, y alimentos en pésimo estado como carne y pescado en latas demasiado corroídas por el paso del tiempo, lo cual llama mucho más la atención sobre el pastel de frutas. El pastel correrá la misma suerte que todo lo que se rescata de la zona, se restaura y vuelve a su lugar de origen, las cabañas que en 2002 fueron designadas como Zona Antártica Especialmente Protegida. Allí podrá ser admirado por los visitantes.

El tratamiento de conservación consistió en la remoción de óxido del envase, además de la estabilización química y el recubrimiento de los restos de estaño. También se efectuó la desacidificación de la etiqueta y alguna reparación física de la envoltura de papel que se encontraba ligeramente rasgada. El pastel en sí estaba en excelentes condiciones, aunque no se le hizo prueba de calidad, pues los conservadores se negaron a vulnerarlo.