Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

martes, 26 de septiembre de 2017

Beelzebufo, la rana que se comía a los dinosaurios

Por ElizabethF.

Hace alrededor de setenta millones de años habitó en la Tierra una rana gigante, del tamaño de una pelota grande de playa, que era capaz de devorar pequeños dinosaurios gracias a una potente mordida. Beelzebufo ampinga es su nombre científico, y vivió durante el período Cretácico Tardío, en Madagascar. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Scientific Reports, por investigadores de la Universidad Estatal Politécnica de California en Pomona (California) y la Universidad de Adelaida (Australia), se trata rana más grande de la que se tiene conocimiento hasta ahora.

Conocida también como “rana diablo”, Beelzebufo medía más de 40 centímetros de largo y pesaba alrededor de 4 o 5 kilogramos. Tenía una potente armadura (ampinga) y una mandíbula fuerte y ancha. En cierto sentido parecida a las ranas Ceratophrys actuales (conocidas comúnmente como ranas Pac-Man, por su amplia boca, semejantes al personaje del videojuego), los expertos emplearon los conocimientos sobre estas para determinar la fuerza de la mordedura de la extinta Beelzebufo.

Una rana Ceratophrys moderna, con una anchura de cabeza de 4,5 centímetros, tiene una fuerza de mordisco de 30 Newtons, lo que equivale aproximadamente 3 kilogramos. Esto permite que, una vez que ha capturado a su presa con su lengua pegajosa, pueda asegurar el alimento en movimiento entre sus mandíbulas. “A diferencia de la gran mayoría de las ranas que tienen mandíbulas débiles y habitualmente consumen pequeñas presas, las ranas cornudas emboscan animales tan grandes como ellos mismos - incluyendo otras ranas, serpientes y roedores, y sus poderosas mandíbulas juegan un papel crítico en agarrar y dominar a la presa", comenta Marc Jones, coautor del trabajo. El método de empleado para determinar la fuerza de mordida de estas ranas es también consistente con los resultados encontrados para otros animales, como peces, reptiles y roedores.

Así, al extrapolar los resultados de la fuerza de mordida al tamaño de la boca de Beelzebufo, con unos 15, 4 centímetros de ancho, los científicos identificaron una fuerza de mordida de hasta 2 200 Newtons (alrededor de 224 kg). Siendo así, con esa fuerza, Beelzebufo habría sido capaz de someter a los dinosaurios pequeños y juveniles que compartían su entorno.

Por otra parte, la presencia de Beelzebufo en Madagascar plantea un reto importante para los biogeógrafos: ¿por qué las especies actuales relacionadas con esta enorme rana se encuentran en el continente americano? Algunos expertos opinan que Madagascar se separó de África, hace alrededor de 160 millones de años, durante la fragmentación del supercontinente Gondwana; más tarde se separó de la India y se convirtió en isla hace 88 millones de años. Beelzebufo y otros fósiles son evidencia de que existió una conexión terrestre entre Suramérica, Madagascar, y posiblemente la Antártida.