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viernes, 1 de septiembre de 2017

Continúan las tensiones en la península norcoreana

Por liss

Estados Unidos deberá reconsiderar su postura agresiva y conocer que ninguna presión económica, amenaza o chantaje derribarán a la República Popular Democrática de Corea (RPDC), aseguró este país tras el lanzamiento de un nuevo misil balístico. Las medidas autodefensivas de la RPDC prosiguen, entre ellas el desarrollo de las capacidades nucleares, en tanto Washington, en contubernio con Corea del Sur y Japón, realiza ejercicios militares en las costas cercanas a Corea Democrática. El misil se lanzó alrededor de las 5.57 horas (20.57 GMT del lunes) desde Sunan, un área muy próxima a la capital, Pyongyang. El cohete voló unos 2.700 kilómetros y alcanzó una altitud máxima de unos 550 kilómetros, según datos del Ejército de Corea del Sur citados por la agencia Yonhap.

Un misil norcoreano Hwasong-12 de alcance intermedio sobrevoló este martes Japón y tuvo como destino las cercanías de la costa oriental de la isla de Hokkaido en el Pacifico norte, poniendo en alerta la región asiática.

Se trata de la novena prueba de armamento efectuada por Pyongyang, región que durante los últimos años ha acelerado con creces su desarrollo armamentístico y de programa nuclear, a pesar de la presión que ejerce la comunidad internacional sobre ella.

El proyectil que recorrió una distancia más larga de lo habitual, rebasó territorio japonés considerándose ello un desafío que no sucedía desde 2012.

Las autoridades niponas ante la situación, activaron  el protocolo de avisos J-Alert toda vez que aconsejaron a la población la toma de precauciones aunque la cadena pública NHK ha asegurado que el misil se fracturó en tres pedazos y cayó en el mar sin provocar daños.

Por su parte el primer ministro japonés, Shinzo Abe, solicitó una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, cita que se realizará este martes en Nueva York.

El Presidente de los Estados Unidos Donald Trump, agregó al comunicado emitido por la Casa Blanca, que hay muchas opciones sobre la mesa ante actos como estos que amenazan y desestabilizan las regiones del mundo, a la vez que traen consigo un aumento en el aislamiento del régimen norcoreano hacia el resto del mundo.

Según datos emitidos por el Ejército de Corea del Sur, el misil voló unos 2.700 kilómetros y alcanzó una altitud máxima de unos 550 kilómetros; cruzó los cielos de la isla de Hokkaido, cayó al mar a unos 1.200 kilómetros al este de Japón.

Medios estatales de Corea del Norte no dan dado ninguna nota pertinente que  informe sobre este ensayo, sin embargo Han Tae-song, embajador norcoreano ante Naciones Unidas, pronunció en Ginebra las sobradas razones que tiene su país para responder con medidas rigurosas, dado su derecho a ejercer la autodefensa.

Han Tae acusó a Estados Unidos de haber conducido a la península a la violencia armamentística dado los ejercicios militares efectuados Washington-Seúl.

Al último desafío norcoreano, Corea del Sur respondió con bombardeos aéreos en regiones cercanas a la zona desmilitarizada o Paralelo 38, frontera que separa ambos países.

Según especialistas, la estrategia de mantener la tensión entre USA y Corea del Norte, responde a intereses políticos que tienen como fin desviar la atención ante los problemas internos de su administración de Trump, en tanto al régimen de Kim Jong-un le interesa mantener vivo el pensamiento de un enemigo exterior para legitimarse.

Dicha situación desliza un escenario casi prebélico, que no parece que pueda cruzar una definitiva línea roja.