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lunes, 18 de septiembre de 2017

Cuidados de la envoltura de los pequeños

Por Janet

La delicada superficie del bebé comenzó a formarse en el útero durante el primer trimestre del embarazo y hacia la 34ª semana, su maduración como órgano barrera está casi completa. En los días posteriores al nacimiento, su piel tendrá que adaptarse del medio acuoso en el que vivía al mundo fuera del vientre materno. No hay problema porque vienen preparados con una protección extra: vérnix caseosa, una capa formada por restos de células y grasa que protege al bebé mientras permanece en el líquido amniótico. Al nacer, se tiende a postergar el primer baño y dejarle esa capa al menos 24 horas porque lo defiende del exterior (por lo regular se le limpia con una gasa, pero se pospone el primer baño).

Lo que más llama la atención de los bebes cuando salen del vientre, es que salen como con moretones. Me imagino que sería por el esfuerzo del parto. Después se ponen rosita, pero cuando lloran se ponen roja como un tomate en segundos. Es que el aspecto de su piel llama mucho la atención a los papás. Suele ser muy clara, incluso en los bebés de piel oscura, ya que el número de melanocitos (células encargadas de la pigmentación de la piel) es menor de lo normal. Pueden nacer con vello fino y suave (lanugo) en la cabecita, los hombros y la espalda. Suele desaparecer en las primeras semanas de vida.

La piel de los pequeños no es igual a la de los adultos. La capa córnea (la más externa) es más fina. Una de las consecuencias es que su piel es más permeable, por lo tanto, hay que poner especial cuidado y siempre utilizar productos suaves especiales para bebés y que no contengan tóxicos. La dermis y la epidermis son dos capas diferentes de la superficie. Conforme el bebé crece, estas capas estarán más conectadas, pero al principio de la vida esta separación hace que su piel sea más frágil.

Como hemos comentado antes, los melanocitos son menos, y además de producirse cambios en la pigmentación de la piel, esta es más vulnerable ante la radiación solar, por eso no hay que exponerla al sol directo antes de los seis meses. Las glándulas sudoríparas no funcionan a pleno rendimiento. Cuando los bebés sudan demasiado, se producen erupciones cutáneas. En estos casos solo hay que tratar de que pase el menor calor posible.

Es importante conocer cómo cuidarles bien su frágil piel, para ello se recomienda tocar el bebé solo con las manos limpias y no hacerlo si se tienen infecciones comunes como el herpes. Para asegurarse de que esté bien hidratada basta con aplicar una crema hidratante cada día; pero no sirve cualquiera. Una crema de adulto puede contener productos tóxicos o irritantes para el pequeño (recordemos que su piel tiene mayor capacidad de absorción que la nuestra), así que lo mejor es elegir un producto especial para bebés que no contenga perfumes ni conservantes.

Algunos papás limpian al bebé por partes los primeros días; otros le dan un baño corto. Es lo mismo, siempre que el niño no pierda calor y que la zona del cordón quede perfectamente seca después. Los jabones que se usen también deben ser especiales para su edad.