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jueves, 28 de septiembre de 2017

El cambio climático llama a la puerta

Por Mayli

La posibilidad de que el cambio climático sea catastrófico y elimine por completo a la humanidad hacia el año 2100 cuenta ahora con una de cada veinte posibilidadades. La humanidad podría ser destruida por el catastrófico cambio climático en el próximo siglo. Esa es la afirmación chocante de los investigadores estadounidenses de la Universidad de California, en San Diego. Según los investigadores un aumento de más de 3 grados centígrados de la temperatura podría conducir a efectos "catastróficos". Su evaluación del riesgo se deriva del objetivo establecido en el Acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático, que Estados Unidos bajo la dirección de Donald Trump ahora dice que no existe.

Varios investigadores de la Institución Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego, dicen que la probabilidad del aumento de la temperatura para el 2100 tendría efectos catastróficos, y podría aniquilar a la raza humana tal como la conocemos. Dicen que si hay un cambio, las probabilidades son de 1 en 20, de que seremos aniquilados en los próximos 100 años como resultado de los eventos climatológicos, que pasan de “baja probabilidad a un alto impacto”. Un aumento de más de 3 grados de la temperatura podría conducir al caos, pero un aumento de más de 5 grados tendría consecuencias "desconocidas" que podrían conducir al final de la vida tal como la conocemos. Veerabhadran Ramanathan, profesor de ciencias climáticas y atmosféricas en la Universidad de California, dijo: "Cuando decimos eventos de alto impacto, es que hay un 5% de probabilidad, la gente puede descartarlo porque lo ven como un número pequeño, pero digamos que es equivalente a uno de cada 20 aviones que esté a punto de abordar se pudiera estrellar”. Los investigadores han utilizado esta analogía para tratar de ilustrar la situación que enfrenta actualmente el planeta.

Realizaron estos cálculos para averiguar qué pasaría si las temperaturas aumentaran en diferentes grados entre ahora y el año 2100. "Tal vez nunca llegaríamos a ese avión con una oportunidad de uno de cada 20, pero, ¿estamos dispuestos a enviar a nuestros hijos y nietos a ese avión?", dijo Ramanathan. Su evaluación del riesgo se deriva del objetivo establecido en el Acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático, un acuerdo que Donald Trump dice no cumplir, porque lo del cambio climático, es “cuento de camino”. Allí se acordó que la sociedad mantuviera las temperaturas globales medias "muy por debajo" de un aumento de 2 ° C (3.6 ° F). Incluso si se cumple ese objetivo, un aumento de la temperatura global de 1,5 ° C (2,7 ° F) sigue siendo categorizado como "peligroso", lo que significa que podría causar daños importantes a los seres humanos y naturales. Un aumento mayor de 5 ° C (9 ° F) podría llevar a consecuencias "desconocidas" que describen como más allá de las amenazas catastróficas potencialmente existenciales. El espectro de las amenazas reales se plantea para reflejar los graves riesgos para la salud humana y la extinción de especies por el calentamiento, sucesos que no se han experimentado por lo menos durante los últimos 20 millones de años.

El Dr. Ramanathan y su colega y ex estudiante graduado de Scripps, Yangyang Xu, ahora profesor asistente de la Universidad Texas A & M, describen tres estrategias para prevenir las amenazas más graves. Hay que tener medidas más fuertes para reducir el uso de combustibles fósiles y las emisiones de contaminantes de corta duración como el hollín, el metano y HFC, que tendrían que ir compañadas de esfuerzos para extraer el CO2 del aire y capturarlo antes de que pueda ser emitido. Se necesitarían estos tres esfuerzos para cumplir la meta del Acuerdo de París a la que los países acordaron en una histórica conferencia sobre el clima de las Naciones Unidas en noviembre de 2015. Los contaminantes climáticos de corta duración se llaman así porque, aunque calientan el planeta más eficientemente que el dióxido de carbono, sólo permanecen en la atmósfera durante un período de semanas hasta aproximadamente una década, mientras que las moléculas de dióxido de carbono permanecen en la atmósfera durante un siglo o más.