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viernes, 29 de septiembre de 2017

El Mar Negro, un testigo fiel de la historia

Por Elizabeth Almeida

Los investigadores han llegado a catalogar el descubrimiento como inigualable, ya que las ubicaciones de los barcos revelan importantes patrones de comercio, guerras y las comunicaciones de la época, así como los diseños estructurales de las naves y características que solo quedaban registrados en los grabados de la época. En la antigüedad, el mar Negro era a menudo llamado simplemente «el mar». En su mayor parte, la tradición grecorromana se refiere al mar Negro como el «mar hospitalario» aunque se presupone que este es un eufemismo que sustituye a uno anterior «mar inhospitalario». Estrabón considera que el mar Negro se llamaba «inhóspito» antes de la colonización griega, ya que era muy difícil de navegar.

La historia de la humanidad se reescribe todos los días. Desde todas partes del mundo diariamente nos legan datos que cambian las percepciones que teníamos de sucesos, hechos y lugares que han quedado reflejados en las páginas de nuestra historia. La ciencia apuesta por no dejar zonas oscuras en el conocimiento de la epopeya del ser humano hasta la actualidad.

Recientemente el descubrimiento de alrededor de 60 navíos, datados desde la época bizantina hasta el más reciente siglo XIX, período que abarca más de 2.500 años, han sido descubiertos en las aguas del Mar Negro. Este lugar ha sido descrito como un imponente cementerio de barcos debido al enorme número de naves que allí reposan y sorprendentemente la gran mayoría se encuentran en un increíble estado de conservación.

El proyecto de búsqueda, que ha durado un lapso de tres años y que ha sido realizado por el Centro de Arqueología Marítima de la Universidad de Southampton y financiado por el Education Enhancement Fund, es uno de los proyectos arqueológicos marítimos más grandes jamás planificados.

Pero el proyecto originario no era el de buscar barcos. Los investigadores iban dispuestos a completar estudios geofísicos del famoso Mar Negro para estudiar los efectos del cambio climático y cómo este había influido en el medio ambiente a lo largo de la costa búlgara.

Sin embargo este descubrimiento ha sentado nuevos objetivos de investigación pues los datos confirman que el barco más antiguo que han encontrado data aproximadamente del siglo 4 o 5, y se supone que era del Imperio Romano. También se han encontrado del Imperio Bizantino y del Otomano y se ofrece una fascinante visión de las rutas marítimas y de sus tradiciones por más de dos milenios.

Los investigadores han llegado a catalogar el descubrimiento como inigualable, ya que las ubicaciones de los barcos revelan importantes patrones de comercio, guerras y las comunicaciones de la época, así como los diseños estructurales de las naves y características que solo quedaban registrados en los grabados de la época.

En la antigüedad, el mar Negro era a menudo llamado simplemente «el mar». En su mayor parte, la tradición grecorromana se refiere al mar Negro como el «mar hospitalario» aunque se presupone que este es un eufemismo que sustituye a uno anterior «mar inhospitalario».

Estrabón considera que el mar Negro se llamaba «inhóspito» antes de la colonización griega, ya que era muy difícil de navegar, y porque sus orillas estaban habitadas por tribus salvajes, y que el nombre se cambió por el de «hospitalario» después de la colonización de la ciudad de Mileto, por lo que forma parte de la civilización griega. También es posible que el nombre surgió por etimología popular a partir de un escita persa que significaba oscuro.

El nombre de Negro también puede ser una antigua asignación de colores a los puntos cardinales donde el negro es el Norte, el rojo el Sur y el amarillo, el Este. Heródoto en una ocasión, utiliza «mar Rojo» y «mar del Sur» alternativamente. Una opinión similar muestra el nombre turco: «Kara» (Negro) y «Ak» (Blanco) se utilizan para designar, respectivamente, «Norte» y «Sur» en turco medieval.

Otra posible explicación de su particular nombre viene del color de las aguas profundas del mar Negro. Al estar mucho más al norte que el mar Mediterráneo y ser sus aguas menos salinas, la concentración de microalgas es mucho mayor, haciendo que el color de las aguas sea mucho más oscuro. La visibilidad en el mar Negro es aproximadamente de 5,5 m, en comparación a un máximo de 35 m en el Mediterráneo. Hay una capa de sulfuro de hidrógeno que empieza a unos 200 m por debajo de la superficie, y es base de una población microbiana que produce sedimentos negros, probablemente debido a la oxidación anaeróbica del metano.