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domingo, 10 de septiembre de 2017

El protocolo cubano antes los desastres

Por Jacky

La capacidad de Cuba en la prevención y reducción del riesgo de desastres es altamente reconocida internacionalmente. En el caso de la mayor de las Antillas, existe lo que pudiéramos llamar una cultura meteorológica popular, en la cual no solamente incide la labor de las autoridades, sino que la implicación de la población es un factor esencial para la salvaguarda de la vida del ser humano. En la actualidad, dispone de una gestión de riesgo con un enfoque integral, dirigido a la participación de todos los organismos de la administración central del estado, incluidos todos los territorios y las entidades económicas y sociales.

A nivel internacional, es altamente reconocida la capacidad de Cuba en la prevención y reducción del riesgo de desastres. Sin embargo, el país se mantiene trabajando de manera constante en el fortalecimiento de las capacidades de respuesta de los gobiernos locales y los sectores encargados de los Sistemas de Alerta Temprana, y con mayor actividad en los momentos actuales en los que el potente huracán Irma afecta la Isla.

De acuerdo con datos ofrecidos por las autoridades de la Defensa Civil cubana, en los últimos 20 años, la Isla ha sufrido el impacto de cerca de una treintena de ciclones tropicales, de ellos 9 de gran intensidad. En ese periodo, el país ha lamentado la pérdida de 56 vidas humanas y en muchos casos fue demostrada la negligencia de las personas. Además, se logró proteger a más de diez millones de personas, incluyendo a los turistas y a las personalidades extranjeras que laboraban en Cuba.

La necesidad de prevenir, reducir y controlar los factores de riesgo de desastre en una sociedad es una temática incluida en las agendas de trabajo de las naciones del mundo. Sin embargo, no en todos los países la adecuada preparación y respuesta ante situaciones de desastre se encuentra al nivel que se requiere. En el caso de la mayor de las Antillas, existe lo que pudiéramos llamar una cultura meteorológica popular, en la cual no solamente incide la labor de las autoridades, sino que la implicación de la población es un factor esencial para la salvaguarda de la vida del ser humano.

En ese sentido, un ejemplo claro es la realización anual del ejercicio Meteoro, que se desarrolla justo unos días antes del inicio de la temporada ciclónica, que comienza el primero de junio y finaliza el treinta de noviembre. Este ejercicio incluye a los especialistas y dirigentes vinculados con los centros de catástrofes, así como a la población en general para practicar la respuesta ante diversas situaciones de desastres.

La Defensa Civil de Cuba es un sistema estatal de medidas de defensa, que se ha puesto en práctica en tiempo de paz, con el objetivo de proteger a la población y la economía nacional de los desastres naturales y otras catástrofes. Ese sistema funciona en todo el país y refuerza las labores de reparación urgente, búsqueda y rescate en los núcleos de contaminación o destrucción.

De acuerdo con la página de ese organismo, a partir de 2009 se puso en vigor una resolución del Jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil que tiene como objetivo fundamental perfeccionar la organización del resguardo del pueblo en las situaciones de desastres, y paralelamente lograr una mayor racionalización y equidad entre las medidas de protección y los recursos humanos y materiales. También se enfoca en garantizar la oportuna toma de decisiones que permita que ningún evento sorprenda al país y que mientras mayor sea el peligro, más tiempo tengan los territorios para proponer y tomar las medidas correspondientes.

Cuba posee un sistema para consolidar una gestión integral de riesgo y mitigar las vulnerabilidades con el empleo de los recursos disponibles en el país. En la actualidad, dispone de una gestión de riesgo con un enfoque integral, dirigido a la participación de todos los organismos de la administración central del estado, incluidos todos los territorios y las entidades económicas y sociales.

El sistema de la defensa civil ante la amenaza de catástrofes es reconocido como un ejemplo para las naciones del mundo, y recibe constantes elogios de las Naciones Unidas por la capacidad de respuesta, de mantener a las personas fuera de las zonas afectadas y de reducir el impacto económico de los desastres. Además, expertos subrayan que los éxitos de esa institución son posibles porque sus planes tienen como prioridad la protección de la vida humana.