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viernes, 22 de septiembre de 2017

Envejecer ya no es un misterio

Por LisyFa

¿Por qué no podemos vivir para siempre? Científicos alemanes parecen tener una respuesta. En el Instituto de Biología Molecular de Mainz han hecho un gran avance en cuanto a la comprensión del origen del proceso de envejecimiento. El misterio radica en los genes de un proceso conocido como “autofagia”, que forma parte de la renovación molecular. La investigación ofrece algunas pistas claras sobre el surgimiento del proceso mediante el cual envejecemos. Además, los resultados también podrían tener implicaciones para el tratamiento de trastornos neurodegenerativos como el Alzhéimer, el Párkinson y la enfermedad de Huntington, en los cuales está implicada la autofagia.

Mediante un experimento con gusanos, los científicos lograron comprobar que si “cierran” la autofagia promueven la longevidad, porque se produce una mejoría en la salud de todo el cuerpo neuronal y móvil de los gusanos más viejos.

En concreto, el equipo estudió los genes de una especie de gusanos llamada Caenorhabditis elegans e identificó 30 genes que perjudican a los animales en la vejez, expone New Atlas. Muchos de los genes que fueron identificados tienen una función particular en común: aquella de regular el proceso vital llamado autofagia, que es el mecanismo de reciclaje de las células que elimina la 'basura celular' antes de que se acumule y empiece a causar daño.

La autofagia funciona bien en los organismos jóvenes, pero más tarde en la vida, después de la reproducción, se ralentiza y fomenta el envejecimiento. De ahí que 'apagar' esta función a cierta edad podría ayudar tanto a mejorar la salud, como a prolongar la vida activa de un organismo.

Si seguimos la teoría de Charles Darwin sobre la evolución de las especies, la selección natural conduce a individuos cada vez más fuertes y mejores adaptados a su entorno. Siendo así muchos se preguntan por qué a estas alturas ese mismo proceso evolutivo no ha producido seres humanos capaces de prevenir el envejecimiento. Se trata de una de las contradicciones de esa teoría, sobre la que se ha discutido desde el siglo XIX.

Según refiere Muy Interesante, los expertos pudieron retroceder hasta la fuente de estas señales pro envejecimiento, localizándolas en el tejido neuronal. Cuando se probó desactivar estos genes en gusanos adultos se producía una fuerte mejora en el estado neuronal y en la salud de todo el cuerpo en general, lo que alargó la vida de los gusanos hasta un 50 %.

“Imagine llegar a la mitad del camino en su vida y obtener una droga que le deje tan en forma y móvil como alguien de la mitad de su edad viviendo más tiempo, eso es lo que es para los gusanos”, comenta Thomas Wilhelm, coautor del estudio. Aunque los autores aún no conocen el mecanismo exacto que provoca que las neuronas permanezcan saludables por más tiempo, este hallazgo podría tener implicaciones reales.