Estados Unidos y el fenómeno incontrolable de las armas
Dos personas, incluyendo un menor de edad, murieron en Estados Unidos por un tiroteo. Otros dos niños resultaron heridos por los disparos que tuvieron lugar en un barrio de la localidad de Sandy, en el estado estadounidense de Utah, según informó la Policía local. El atacante también falleció en el tiroteo. El sargento del Departamento de Polícia, Jason Nielsen, narró a los medios de comunicación que parece que “un buen samaritano vio a una mujer con dos menores, paró para ayudarlos y acercarlos fuera de la zona”. “El sospechoso embistió (su coche) contra el vehículo de este buen samaritano, salió de su coche y empezó a disparar”.
Según el policía “hay otro niño que está siendo trasladado al hospital en estado crítico y una niña que también está siendo trasladada, pero estable”. Los hechos ocurrieron cerca de la escuela primaria de Brookwood, que fue cerrada por seguridad durante una hora. Lamentablemente noticias como estas son el pan de cada día en Estados Unidos. Ya dejaron de ser titular en muchos medios porque el fenómeno de las balas perdidas ya es asumido como algo “normal” en la nación norteamericana. Estados Unidos es uno de los pocos países del mundo donde el derecho a portar armas está protegido por la Constitución.
Matanzas como la ocurrida en la escuela Sandy Hook en el año 2012 —14 personas murieron y 17 resultaron heridas- colocaron el debate sobre cuán dañino puede ser la tenencia de armas de fuego de forma descontrolada. En este país hay tantas armas como habitantes y mueren 92 personas al día por armas de fuego. Según datos del diario The New York Times, ocurren 1,45 millones de muertes por asesinato, suicidio o accidente desde 1970. Esto equivale a una persona cada 16 minutos. Aún más alarmante es el hecho de la cifra de víctimas es mucho mayor que todas las bajas registradas en los conflictos bélicos en los que se ha involucrado Washington.
La mayoría de los atacantes en los tiroteos masivos son hombres que actúan como lobos solitarios. Destacan así como los hechos más violentos registrados el de Jonesboro en marzo de 1998 y Columbine en abril del año siguiente. Este último fue descrito como el “peor” tiroteo en una escuela de Estados Unidos.
A pesar de todos los hechos de violencia por armas de fuego no se ha logrado hallar soluciones al problema. Los especialistas detallan que el fenómeno aumentó a partir del año 2012 y que a partir de ese momento han sucedido 1 052 masacres y muchas veces con varias víctimas. Una investigación de Mass Shooting Tracker (base de datos sobre el tema) y del Centro de Control de Enfermedades estadounidense señalaron que mueren más niños menores de 6 años por arma de fuego que policías en activo. Acorde con el diario estadounidense The Washington Post durante el segundo periodo de gobierno de Barack Obama se registró más de una matanza con múltiples víctimas.
Por si fuera poco, es paradójico que Estados Unidos represente el 4,4 por ciento de la población mundial y que sus ciudadanos simbolicen el 42 por ciento de todas las personas del mundo con armas en manos de civiles. En un población de 321 millones de habitantes, 270 millones de armas están en manos de las personas. Los grupos de presión en el Congreso así como la Asociación Nacional del Rifle esgrimen excusas como que poner armamento –de todo tipo- en manos de los ciudadanos es la mejor manera de “evitar” como tiroteos masivos. El fenómeno de los tiroteos, además de incotrolable, puede calificar de una epidemia que poco a poco está corroyendo a la sociedad norteamericana y para la cual la respuesta no es con más armas.
