Fiebre del empate en Madrid
Con sensaciones diferentes llegaban el Real Madrid y el Atlético a la tercera jornada de la Liga Española, los merengues tras igualar contra el Valencia y los rojiblancos luego de una goleada estruendosa sobre Las Palmas. Afectados los dos por el virus FIFA, las sanciones y alguna que otra lesión, sufrieron ante sus rivales de turno. El Madrid no dio en la tecla frente al Levante, que aprovechó las rotaciones de Zidane para raspar un punto en el Bernabéu, mientras el Atleti se fajó en un duelo intenso con el Valencia, pero sus atacantes estuvieron con la pólvora y se fueron sin botín de Mestalla, testigo de un intenso 0-0.
Real Madrid-Levante: Los actuales monarcas tropezaron de nuevo en el Bernabéu con empate a uno, y ya son cuatro los puntos que han dejado en el camino. Con muchos problemas en el frente de ataque, agudizados por una lesión de Benzema (estará de cuatro a seis semanas de baja) en pleno duelo y la ya habitual falta de pólvora de Bale, el Madrid sucumbió ante un Levante estrictamente organizado, que en base a su estrategia condujo a los blancos por caminos de frustración. Su defensa fue muy cerrada desde el inicio, y para mayor comodidad, se encontraron con una diana tempranera de Ivi, quien aprovechó un burdo error de Carvajal. De inicio, Zidane se plantó con rotaciones tras las fechas FIFA, y dejó fuera a Modric, Keylor, Isco, Casemiro y Kovacic, pero el plan no le funcionó.
A nivel de juego, el Madrid mostró un flujo correcto de la pelota, mucha posesión y penetración por las bandas, sobre todo por la izquierda, donde Marcelo y Theo se relevaron a la velocidad de la luz. La igualdad la marcó Lucas Vázquez tras una jugada enredada en el área antes de culminar la primera mitad, pero después ya las opciones merengues se estrellaron con el muro de contención levantino. Ni Bale, ni Asensio, ni el sustituto Isco, pudieron vulnerar el cerco de los recién ascendidos, quienes lograron mantenerse como los únicos llegados de Segunda en puntear en el Bernabéu durante los últimos tiempos, algo que ya habían conseguido hace una década. Más allá del empate y las rotaciones de Zidane, siempre habrá espacio para valorar la faena arbitral, pues el colegiado Hernández Hernández no cantó un penal sobre Theo y expulsó a Marcelo.
Valencia-Atlético de Madrid: Al parecer la dinámica de los partidos del conjunto ché en esta campaña se basará por completo en las revoluciones, la intensidad, el juego con líneas juntas, y mucha presión, su hoja de ruta en el Bernabéu durante la segunda jornada, y la misma en su choque estelar contra el Atleti en Mestalla. En el santuario valenciano, que aplaudió cerradamente antes de comenzar el partido a Pablo Aimar, argentino de paso brillante por la entidad, los chicos de Marcelino volvieron a meter los tanques al campo y no dejaron respirar a los colchoneros, uno de los equipos con más pulmones de La Liga. Arropados por el despliegue de Kondogbia en la medular y el perfecto acompañamiento de Dani Parejo, el Valencia controló a su peligroso rival y puso el partido donde deseaba, concediéndole muy pocas opciones a los rojiblancos. Sin embargo, su mayor problema radica en la eficiencia goleadora y su capacidad para materializar ocasiones de marcar, males que los volvieron a golpear y los dejaron en cero.
Del mismo síndrome padece el Atleti, sobre todo si Griezzman no aparece en la escena, como en el caso de marras. Con el francés fuera por una sanción que lo mantendrá lejos del espectro liguero durante unas jornadas, el plantel de Simeone no mostró solidez arriba y tampoco consiguió rayar la tarjeta. En sentido general, los colchoneros se movieron bien, contaron con rendimiento relevante de Koke y Thomas, los jefes del mediocampo, mientras Carrasco incomodaba arriba con su regate. No obstante, esas armas no bastaron para tumbar el muro valenciano, perdonado por una clara ocasión de Vietto, otro delantero que vestido con la casaca del Atleti no ha tenido mucha suerte. Él falló la ocasión más clara del partido a dos metros del arco rival, suficiente para abrir el debate sobre la dependencia en Griezzman o el desespero por contratar a Diego Costa, este último todavía jugador del Chelsea.
