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viernes, 22 de septiembre de 2017

Historias del béisbol revolucionario en Cuba: los 2000

Por Aliet Arzola

El nuevo milenio fue el escenario en el que se reactivó la rivalidad por excelencia del béisbol cubano: Industriales vs. Santiago de Cuba. Los capitalinos contra los indómitos, choque de grandes emociones, de grandes jugadas y de estrellas rutilantes que jugaban esos "Clásicos" con altos niveles de adrenalina, respondiendo a la exigencia de gradas repletas de fanáticos. Santiagueros e industrialistas lograron de manera combinada nueve de los primeros 11 títulos del siglo, dominio sustancial que confirmó el poderío de las dos provincias más fuertes de la nación. Después han caído en horas bajas mientras otras históricos como Pinar del Río y Villa Clara regresaron al trono luego de una década en blanco. Además, surgió una nueva potencia con Ciego de Ávila, escuadra de la mitad oriental que ha levantado tres trofeos de monarca.

2000: Parecía que nunca más un serpentinero se acercaría a las ocho lechadas que propinaron en una campaña “Changa” Mederos y Carlos Gálvez (1968), pero el santiaguero Norge Luis Vera igualó la marca tres décadas después. El as de Santiago de Cuba y de la “Aplanadora” que ganó tres campeonatos consecutivos, impuso su ley, apoyado en un pitcheo de exquisito control y comando, con velocidad superior a las 90 millas y sliders bien rápidas. Pero si algo distinguió a Vera fue su inteligencia y aplomo en el box, virtudes que también lo encumbraron como líder cubano en eventos internacionales.

2001: Por espacio de 33 años en los que desfilaron por las Series Nacionales muchos lanzadores con extraordinaria habilidad para ponchar, ninguno logró romper el récord de 208 estrucados de “Changa” Mederos en 1968. Pero en la XL Serie, el derecho espirituano Maels Rodríguez llevó el tope hasta 263, amparado en sus terroríficas rectas que superaban las 100 millas. El tirador era un huracán en el montículo y en su corta carrera consiguió grandes hazañas, como el único juego perfecto (vs. Las Tunas el 22 de diciembre de 1999) en la historia del béisbol cubano. Además, se convirtió en el lanzador más joven en alcanzar los mil ponches. Al emigrar tenía 1148 estrucados, con un promedio de 11 por partido.

2002: Kendrys Morales es el último gran novato que ha pasado por Series Nacionales. En el 2002 no solo mereció el premio como el debutante más destacado, sino que también estampó varios récords que tardarán años en ser quebrados. Bateador ambidiestro con descomunal poder tanto a la zurda como a la derecha, Morales fijó nuevos topes en anotadas (60), hits (114), jonrones (21) e impulsadas (82) para un novato. Con semejante rendimiento, no tardó en afianzarse como uno de los cuartos maderos más jóvenes de la selección nacional. Durante la última década, Kendrys ha sido uno de los bateadores cubanos más consistentes en las Grandes Ligas de Estados Unidos.

2003: Para demostrar que sus logros no eran solo obra de la poca presión competitiva en Metropolitanos, el segundo equipo de la capital, Enrique Díaz se convirtió en el primer y único pelotero cubano que ha anotado 100 carreras en una Serie Nacional, y lo hizo vistiendo la casaca de Industriales. El veloz camarero, líder histórico en hits (2378), triples (99) y bases robadas (726), terminó su carrera también en la punta en anotadas (1638), superando en todos esos apartados a estrellas de gran calibre como Omar Linares, Antonio Pacheco o Wilfredo Sánchez.

2004: Del 2001 al 2007, nadie castigó más la pelota en Cuba que el tunero Osmani Urrutia, dueño de seis títulos de bateo en siete temporadas, cinco de ellos consecutivos. Pero lo más impresionante es que cuatro de las coronas llegaron tras promediar más de 400, incluido un astronómico 469 en el 2004, cuando pegó 121 jits en 258 turnos. Este despliegue le permitió al toletero de Macagua 8, el poblado donde nació, elevar su average histórico hasta 366, segundo en la lista de todos los tiempos, solo superado por Omar Linares (368).

2005: En la primera mitad de la década del 90, Alexander Ramos se percató de que llevaba unos cuantos partidos consecutivos, y se enfrascó en tejer la racha más larga de la pelota cubana. Durante más de diez años el camarero de Isla de la Juventud permaneció en los diamantes día tras día, sin perderse un solo encuentro, hasta totalizar 1112 duelos de manera consecutiva, una de las marcas más impresionantes del pasatiempo nacional cubano. Pero un detalle que magnifica el récord es el tremendo rendimiento de Ramos, quien culminó su carrera en el 2005 con promedio ofensivo de 339 en 18 temporadas, con más de 2000 hits (estuvo ocho campañas seguidas superando el centenar de inatrapables) y 100 jonrones.

2006: Rey Vicente Anglada, uno de los peloteros más espectaculares y pimentosos que han pasado por las Series Nacionales, se aventuró a dirigir y la experiencia le aportó frutos muy positivos. Al frente de Industriales, el eterno 36 azul conquistó tres campeonatos, el último de ellos en el 2006, y dotó a la nave capitalina de una solidez que no habían tenido, probablemente, en 40 años. Con Anglada al mando, los Leones impusieron un récord de victorias en campeonatos de 90 juegos, apoyados en una generación juvenil de enorme talento, de la cual ya quedan muy pocos en el país.

2007: Antonio Pacheco, el “Capitán de Capitanes” de la pelota cubana, se convirtió en la XLVI Serie en el tercer multicampeón en Series Nacionales como jugador y manager, algo que solo habían logrado antes Pedro Chávez y Jorge Trigoura. El santiaguero, uno de los líderes de la “Aplanadora” que conquistó tres cetros en línea desde 1999 hasta el 2000, alzó la corona en el 2005 en funciones de manager y luego repitió en 2007 y 2008. Tras Pacheco, el otro hombre que alcanzó más de un título como jugador y manager fue el pinareño Alfonso Urquiola.

2008: En las competitivas Selectivas, Kindelán dio 30 jonrones en 1986, pero en Series Nacional nadie había sobrepasado esa barrera hasta que otro santiaguero, Alexei Bell, conectó 31 vuelacercas en una temporada de ensueño, en la cual también quebró, por primera vez en la historia, la marca de los 100 remolques. Hasta 111 impulsadas llegó el pequeño patrullero indómito, quien además anotó 96 carreras y formó un dúo ofensivo temible con el inicialista José Julio Ruiz, líder de la liga ese año en sencillos (126) y bases robadas (32).

2009: Con la conducción de Esteban Lombillo, La Habana se convirtió en el equipo campeón número 16 en Series Nacionales, tras superar 4-1 a Villa Clara en la discusión del cetro. Apoyados en un cuerpo de serpentineros muy profundo con Jonder Martínez, Yadier Pedroso, Yulieski González, Miguel Alfredo González y Miguel Lahera, todos miembros del equipo Cuba, el conjunto marrón dominó el torneo de punta a cabo. Crucial en la corona también fueron los bates experimentados de Danger Guerrero, Ernesto Molinet, Michel Rodríguez y Rafael Orta, quienes se unieron al talento juvenil de Juan Carlos Linares, José Iglesias y Rudy Silva, tres jugadores que hoy están en el béisbol profesional.

2010: Para Pedro Luis Lazo, ganar se convirtió en algo ordinario durante sus más de 20 años en Series Nacionales, y ello se refleja en las 257 victorias de su trayectoria, que cerró precisamente en el 2010. Dicho récord de el “Rascacielos” pinareño, como se le conocía por su imponente presencia en el box por vida, tardará años sin que nadie ni siquiera se acerque. El diestro sentó cátedra en las lomitas y por años formó, junto a José Ariel Contreras, la dupla de serpentineros más temible en la historia del béisbol revolucionario. Dueño de una slider excepcional, que rompía como un cuchillo lejos del alcance de los maderos, y de una recta superior a las 95 millas, Lazo se encumbró en Cuba y en los diamantes foráneos, amparado también en su sangre fría para solventar los momentos de mayor tensión.

2011: Desde la Triple Corona ofensiva lograda por Orestes Kindelán en 1989, ningún bateador se acercó tanto a la hazaña como el cienfueguero José Dariel Abreu, quien rubricó un 2011 espectacular, con 33 jonrones y promedio de 453. Sin embargo, el fornido inicialista quedó a unos pocos remolques del líder Yoennis Céspedes y perdió la Triple Corona. Hombres como Armando Capiró, Agustín Marquetti, Antonio Muñoz, Pedro José Rodríguez, Lázaro Junco, Luis Giraldo Casanova, Oscar Machado, Yulieski Gurriel o Alexei Bell también se acercaron a la hazaña en distintos momentos de su carrera, pero en cada caso les faltó incrementar su average, pues lideraron en jonrones y propulsadas.

2012: Alfredo Despaigne ha sido, de los jonroneros que quedan jugando en Series Nacionales, el más consistente de la presente década. El slugger granmense no solo pegó 32 vuelacercas en el 2009 para quebrar el récord de Alexei Bell, sino que tres años después subió la marca a 36 batazos de vuelta completa, marca indiscutible de la pelota cubana. En tiempos de muy baja calidad en el pitcheo, Despaigne sacó ventaja e impuso un ritmo tremendo que le ha permitido firmar contratos con poderosos equipos japoneses, en los cuales también ha impresionado al sobrepasar la cifra de 30 vuelacercas.

2013: Aunque no presentaba ni la velocidad ni el somatotipo clásico de los cerradores, el cienfueguero Duniel Ibarra eslabonó tres campañas consecutivas con más de 20 rescates, algo que ningún otro apagafuegos había conseguido antes. El sureño, tirador lateral que sustentaba su trabajo en el control y los rompimientos, logró 73 salvamentos del 2011 al 2013, con dos lideratos incluidos y el récord indiscutible para un campeonato (27), el cual comparte con el pinero Danny Aguilera. Ese rendimiento catapultó a Ibarra hasta el tercer lugar histórico en rescates (124), superado precisamente por Aguilera y por José Ángel García, líder absoluto.

2014: Por segunda ocasión en su carrera, Frederich Cepeda negoció al menos un centenar de boletos en una temporada, y logró su séptimo liderato en este departamento, igualando con el estelar Omar Linares, quien también quedó como rey de las bases por bolas en siete ocasiones. Todavía activo, Cepeda, dueño de una exquisita mecánica de bateo y discriminación de lanzamientos, persigue el récord de Antonio Muñoz, quien culminó puntero en pasaportes gratis en nueve oportunidades.

2015: Los Tigres de Ciego de Ávila conquistaron la segunda corona de su historia y pasaron a los libros como el décimo equipo en Series Nacionales con al menos par de cetros domésticos. Antes, en más de 50 años de béisbol revolucionario, solo habían multiplicado su cantidad de coronas Industriales, Habana, Azucareros, Henequeneros, Citricultores, Vegueros, Santiago de Cuba, Villa Clara y Pinar del Río, por lo que el éxito avileño se celebró por todo lo alto, teniendo en cuenta también que se quitaron de encima el sambenito de novena perdedora en choques cruciales.

2016: Si bien no posee ninguno de los récords de salvamentos en una temporada, José Ángel García ha sido el cerrador más consistente en la historia del béisbol cubano, y por ello llegó a los 200 rescates en el 2016, vistiendo la franela de Matanzas como refuerzo. La mayoría de los juegos salvados de “El Barbero de Guanajay” fueron con La Habana o Artemisa, novenas a las cuales ha pertenecido toda su carrera. No obstante, con la nueva estructura de la Serie Nacional, en la que solo los mejores equipos clasifican a una ronda élite con refuerzos de los eliminados, José Ángel ha tenido la oportunidad de convertirse en el único cerrador cubano que ha logrado al menos un rescate con cuatro equipos distintos.

2017: Luego de cuatro décadas como timonel en Series Nacional sin demasiada fortuna, el veterano estratega Carlos Martí obtuvo su primera corona doméstica al mando de Granma, que alcanzó un altísimo nivel en el tramo final de la contienda para remontar una desventaja de 1-3 contra Matanzas, recordista en victorias, y luego barrer a los Tigres avileños, monarcas defensores. Los Alazanes se convirtieron en el decimoctavo elenco que levanta la corona en la pelota revolucionaria.