Kurdistán votó a favor de la independencia
El Kurdistán iraquí quiere ser independiente. Así lo demostró el plebiscito de esta semana, en el cual el Sí se impuso con el 91,8% de los votos. Más de 3,4 millones de kurdos participaron en la consulta, con una única consigna traducida en kurdo, árabe, turcomano y asirio: “¿Quiere que la región del Kurdistán y las zonas kurdas fuera de la administración de la región se conviertan en un estado independiente?”. Por su parte, el 8,17 % se opuso a la independencia de la región autónoma.
Handreen Mohammed Salih, el jefe de la Alta Comisión Electoral, destacó que el proceso electoral “se desarrolló con total éxito y sin problemas o irregularidades”. Según él, eso fue algo que pudieron verificar los observadores internacionales que acudieron a supervisar el proceso de consulta. Asimismo, el funcionario destacó que los resultados serán considerados definitivos una vez que sean confirmados por el Tribunal de Apelaciones del Kurdistán; sin embargo, no aclaró cuál sería la fecha exacta para eso.
Desde el comienzo de este proceso, las autoridades kurdas han insistido en que la independencia no sería inmediatamente declarada tras conocerse los resultados, sino que su objetivo a largo plazo sería que, a partir de la victoria en el plebiscito, estarían dispuestas a dialogar con Bagdad sobre una serie de “cuestiones pendientes”. Entre esos asuntos, se incluye el sistema de Gobierno de los territorios que administrativamente son iraquíes, pero que están en la práctica bajo control de las fuerzas kurdas. Sobre este tema, el primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, pidió a las autoridades kurdas anular cualquier proceso o resultado del referéndum, y llamó a un diálogo, que tome como base a la Constitución iraquí, que establece que el país es un Estado federal, con todo lo que eso implica.
Es importante recordar que el pueblo kurdo está integrado por alrededor de 25 millones de personas en la actualidad, pero a pesar de ser tan numerosos no tienen un Estado propio. En cambio, están establecidos en un área de unos 400 mil kilómetros cuadrados, en territorios que pertenecen a Irak, Irán, Turquía y Siria. En su mayoría son musulmanes sunitas, aunque también incluyen minorías no musulmanas y formaciones políticas laicas.
Algunos analistas opinan que los kurdos han sido objeto de manipulación. Cuando se habla de ellos la mayoría de las personas imagina un país, cuando en realidad no se trata más que de un sueño que la Primera Guerra Mundial eliminó. Tras el fin de esa confrontación mundial el Tratado de Sèvres reconoció el derecho a la conformación del Estado Autónomo; no obstante, con el Tratado de Laussane (1923) el Kurdistán queda dividido entre Turquía, Irán, Irak, Siria. No tienen país porque las fronteras que hoy tiene el Oriente Medio fueron las establecidas por otros países, los vencedores. Por otra parte, el pueblo kurdo es un grupo étnico que no es homogéneo.
Además, la situación se complejiza como consecuencia del acceso a los recursos naturales. La mayor parte del petróleo de Turquía, Siria, Iraq e Irán, está ubicado en territorio kurdo. Así, la creación de ese estado significaría mucho más que libertad para ese pueblo, pues representaría una recomposición de fronteras que más allá del derecho que tiene el pueblo kurdo, y traería una situación de inestabilidad a los gobiernos de la región.
