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jueves, 7 de septiembre de 2017

La ciencia busca predecir los terremotos

Por Elizabeth Almeida

El equipo de investigadores dirigido por el académico Satoshi Ide, de la universidad de Tokio, realizó experimentos que permitieron llegar a pruebas prácticas de este fenómeno, que hasta ahora se intuía pero no había podido demostrarse. Los intregrantes del equipo demostraron que grandes terremotos que han afectado diferentes territorios a nivel mundial, como el de Sumatra, en Indonesia en el año 2004, el de Maule en Chile en 2010 y el ocurrido en Tohoku-oki, en Japón en 2011, tuvieron lugar en momentos de una gran amplitud de la fuerza de marea alta. No obstante, la ciencia aún no ha podido explicar totalmente cómo se inician y cómo se desarrollan los grandes terremotos en la actualidad, pero se cree que comienzan a crecer a partir de una fractura pequeña en las placas que se convierte finalmente en una gran grieta y provoca los graves temblores que logran estremecer a grandes ciudades.

Hoy en día, numerosos son los fenómenos de origen natural que afectan el planeta. Ciclones, mareotos, tifones, terremotos, son ya habituales en las noticias diarias en cualquier lugar del mundo, debido fundamentalmente al cambio climático que afecta a la Tierra desde hace años. Los terremotos, producidos por el movimiento y choque de las placas de la corteza terrestre, son extremadamente dañinos, pues pueden reducir ciudades a escombros en un momento debido a los temblores que provocan; actualmente tienen lugar en casi todos los países con variable intensidad. El mundo ha visto numerosos de estos fenómenos en los últimos meses, tanto en Europa y Asia como en América fundamentalmente, cuyos territorios afectados han sufrido muchísismas pérdidas.

Estos fenómenos, por el peligro que conllevan para la vida humana y la economía, han sido estudiados en profundidad con el objetivo de preverlos y poder actuar en consecuencia. En una de las últimas investigaciones realizadas para analizar los terremotos, un equipo de científicos halló una correlación entre las fuerzas de las mareas y los terremotos de gran intensidad, aunque no lo detectaron de la misma manera con eventos sísmicos más débiles. El estudio, publicado en la revista Nature Geoscience,  resalta que los grandes fenómenos tienen mayor probabilidad de ocurrir cuando hay mareas altas o vivas, o sea, en fases de Luna nueva o llena, indica.

El equipo de investigadores dirigido por el académico Satoshi Ide, de la universidad de Tokio, capital japonesa, realizó experimentos que permitieron llegar a pruebas prácticas de este fenómeno, que hasta ahora se intuía perono había podido demostrarse. Los expertos recrearon el tamaño y la amplitud de la fuerza de marea, efecto asociado a la fuerza de la gravedad que es responsable de la existencia de las mareas, que que permaneció durante las dos semanas anteriores a varios de los grandes terremotos que han ocurrido,  con magnitudes de 5,5 o superiores.

Los resultados del estudio eran esperados, pues los científicos hallaron una correlación entre las fuerzas de marea y la ocurrecia de los grandes terremotos, si bien no la detectaron con los seísmos pequeños. Además, también llegaron a la conclusión de que la proporción de grandes terremotos, en comparación con los eventos más pequeños, crece en relación con los incrementos de la amplitud de la fuerza de marea. Estos son resultados importantes para la ciencia, que pueden ayudar a la hora de analizar las causas y el desarrollo de estos eventos naturales y la amplitud que podrían llegar a alcanzar, siempre con el objetivo de evitar daños y proteger las vidas humanas.

Sin embargo, los autores del equipo de investigación señalan en el artículo publicado en Nature Geoscience que, si esto sucede siempre así, su estudio indica que la probabilidad de que una pequeña fractura en la corteza terrestre progrese hasta convertirse en una gran grieta, se incrementa durante las mareas altas o vivas. En consecuencia, los resultados de este estudio demuestran que un mayor conocimiento de la fuerza de las mareas en regiones bastante sísmicas, podría contribuir a una mejor predicción de la probabilidad de terremotos, afirman, y a un mejor análisis de la intensidad de estos.