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miércoles, 20 de septiembre de 2017

La historia de una rompecorazones

Por G_nkerbell

La princesa era ejemplo de independencia en su cultura, pues aunque se casó y tuvo cuatro hijos, luego decidió separarse, algo que no era bien visto en aquel tiempo ni en su religión. Posteriormente, se convirtió en musa del poeta Aref Qazviní y escribió su propia obra sobre los cambios acontecidos en Irán. Zahra Khanom Tadj es-Saltaneh fue un símbolo feminista de la época que tiene en su figura poderosos mitos sobre su rol como mujer deseada e independiente, pues ella también fue una de las primeras mujeres en utilizar indumentaria occidental en su país. férreos cánones de belleza actuales.

Muchas mujeres han sido testigos últimamente de la difusión de la historia de una princesa iraní llamada Qajair, quien era catalogada como una rompecorazones porque tuvo 145 pretendientes y 13 de ellos se quitaron la vida luego de haber sido rechazados. Lo que ha dado de que hablar es que la supuesta imagen de dicha princesa no tiene nada que ver con los modelos de belleza y estética de hoy en día. Es todo lo contrario más bien, algo que ha asombrado y llenado de cuestionamientos al sexo femenino.

De hecho, junto al texto que se ha hecho viral aparecen dos imágenes de la supuesta princesa iraní, en las que incluso ha debido destacarse que en la primera aparece sin afeitar y en la segunda, recién afeitada. Además, se ha asegurado que la muchacha se consideraba un símbolo de perfección y belleza y que hoy es un mito entre su gente.

Sin embargo, ha quedado demostrado que esta historia se trata de una de esas leyendas urbanas que se disfrazan de realidad para hacerla atractiva y convertirla en un tema viral que se replique por todos los lugares y de popularidad a un determinado personaje de cierta cultura. Su objetivo era sorprender a los lectores con exactamente, algo diferente, los cambios en los cánones de belleza a través del tiempo, que hoy representan uno de los más latos estigmas de la sociedad consumista que responde al llamado de las pasarelas, de las celebridades y de los creadores de las grandes marcas de vestuario y joyas.

A pesar de que la historia divulgada se trata de información errónea, pues la imagen no pertenece a la persona de quien se habla en ese viral post, logró su objetivo al sorprender al sexo femenino y ponerlo a analizar los tan asentados y férreos cánones de belleza actuales. La mujer que aparece en las fotografías difundidas por todo Internet se trata de Anis-Al Doleh, una de las féminas favoritas del Shah de Persia Naser al Din Sah Qayar y a quien se le catalogó como el alma gemela del jeque y no responde para nada a las llamadas bellezas de hoy en día.

La verdadera princesa llamada rompecorazones es realmente Zahra Khanom Tadj es-Saltaneh, nacida en 1883, quien fuera hija del rey persa y descendiente de la dinastía Qayar, poderosa familia que instauró su poder en el actual Irán desde finales de 1700 y llegó hasta 1925. La joven Tadj es-Saltaneh destacó por su independencia y sus aportes a las transformaciones sociales que se dieron en su país a principios del siglo XX.

La princesa era ejemplo de independencia en su cultura, pues aunque se casó y tuvo cuatro hijos, luego decidió separarse, algo que no era bien visto en aquel tiempo ni en su religión. Posteriormente, se convirtió en musa del poeta Aref Qazviní y escribió su propia obra sobre los cambios acontecidos en Irán. Zahra Khanom Tadj es-Saltaneh fue un símbolo feminista de la época que tiene en su figura poderosos mitos sobre su rol como mujer deseada e independiente, pues ella también fue una de las primeras mujeres en utilizar indumentaria occidental en su país.

Además, establecieron maneras de encontrar la igualdad entre hombres y mujeres en la primera década del siglo XX, por lo que se convirtió posteriormente en tema de estudio en muchas universidades. El calificativo que se ganó de rompecorazones y sus leyendas amorosas podrían ser tan solo mitos, pues realmente no se sabe si tuvo tantísimos pretendientes o si de verdad algunos se suicidaron al ser rechazados.

La confusión con las imágenes virales se debió a que se quiso hacer pasar a una de las esposas del del sah de Persia Naser al Din Sah Qayar como su hija la princesa, pero ello logró demostrar que los cánones de belleza establecidos en Irán a finales del siglo XIX eran totalmente distintos a los de la actualidad. Además, debido a la afición del shah por la fotografía se han podido conocer a varias de las mujeres que formaban parte de su harem, todas las cuales tenían rasgos como el cuerpo robusto, la uniceja y el notorio bigote que no son exactamente estilos actuales de belleza femenina.