La lucha contra la violencia machista no tiene freno
La batalla contra toda forma de abusos contra las mujeres se transforma en una campaña por la no violencia contra la mujer y exige reconocer principalmente que cualquier golpe, cualquier violencia doméstica, es una violación de los derechos humanos y su ejecución es arbitraria. Contra ello debe lucharse, porque se cuentan a miles los asesinatos de mujeres en el mundo generados por la violencia doméstica. Dubravka Simonovic, relatora de la ONU, es una de las mayores luchadoras por proteger el rol de la mujer en la sociedad y exige permanentemente a los gobiernos garantizar refugio a las víctimas de los abusos, pues se trata de una obligación al amparo de los derechos humanos.
La violencia contra la mujer es un mal desatado por décadas en todas partes del mundo. La lucha contra tales abominaciones ha generado una campaña mundial que encuentra apoyo en importantes instituciones y en la que se involucra gran parte de las féminas de la población mundial, además de muchos hombres que también se suman a la causa. La batalla interminable contra toda forma de abusos contra las mujeres exige reconocer principalmente que cualquier golpe, cualquier violencia doméstica, es una violación de los derechos humanos y su ejecución es arbitraria. Contra ello debe lucharse, porque se cuentan a miles los asesinatos de mujeres en el mundo generados por la violencia doméstica.
Una de las mayores representantes de esta campaña mundial por la no violencia contra la mujer es la relatora especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre la violencia contra la mujer, Dubravka Simonovic, exige permanentemente a los gobiernos garantizar refugio a las víctimas de los abusos, pues se trata de una obligación al amparo de los derechos humanos, además, los refugios y las órdenes de protección constituyen instrumentos para que las mujeres en peligro sobrevivan.
Simonovic, quien fue Embajadora ante la OSCE y la ONU en Viena, co-presidió el Comité Ad Hoc (CAHVIO) del Consejo de Europa que elaboró el Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, tiene un doctorado en derecho de la familia y ha publicado varios libros y artículos sobre derechos humanos y los derechos de las mujeres, lo que demuestra cuan implicada está en la campaña humanitaria que intensifica el rol social de la mujer y protege y asegura sus derechos.
La mandataria estuvo el año pasado en Argentina, país con alto índice de violencia contra las féminas para analizar la situación y apoyar medidas de lucha contra el flagelo y expresó que la violencia contra la mujer, incluyendo los feminicidios, está muy extendida en todo el mundo y la impunidad y responsabilidad de los perpetradores sigue siendo un desafío, y agradeció además la oportunidad de poder presenciar de primera mano la situación del país latinoamericano con respecto a las féminas. Allí constató que el sistema argentino tiene muchas carencias en cuanto a la prevención de la violencia contra las mujeres, pues predomina una cultura machista en gran porción de la población, No obstante, elogió los avances de la nación en cuanto a desentrañar asesinatos cometidos contra féminas y llamó a lograr una mayor conciencia social respecto a esos temas, en una reunión sostenida con activistas de varias organizaciones sociales y académicas, en la Universidad Nacional de Tucumán.
La relatora de la ONU ha reclamado muchísimas veces refugio para las víctimas de la violencia y ha expresado que muchas corren peligro, por lo que es básico tomar ese tipo de medidas para resguardar su seguridad, a pesar de que muchos Estados parecen no comprender su obligación de protegerlas contra la violencia de género. La experta ha reclamado la mejora de condiciones sociales para mujeres que han sufrido desgracias asociadas a la violencia y recomendó establecer un lugar de protección por cada 10 mil habitantes, pues aunque muchos países poseen albergues para personas con escasa posibilidades, estos no constituyen adecuados refugios para esas féminas. Añadió que esos centros
Para que esas afectadas puedan volver a desenvolverse socialmente, se les debe proporcionar apoyo para reconstruir su autoestima y sus vidas, además de permanente protección para que puedan convivir de manera plena nuevamente. Por ello, con respecto a las órdenes de protección o alejamiento, la relatora instó a actuar por la vía civil y criminal si fuera necesario y si se presenta una amenaza para cualquier mujer.
