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viernes, 22 de septiembre de 2017

Las mujeres callan ante el acoso laboral

Por EvelynR

Entre los años 2008 y 2015 en España sólo fueron condenados 49 hombres por acoso sexual en el ámbito laboral, cifra significativamente reducida si se tiene en cuenta el monto de 2.484 denuncias realizadas. A la hora de denunciar, las mujeres se frenan pues es complicado probarlo, por miedo al despido y a represalias. Además, la sindicalista denunció que se pone en cuestión a la víctima, y que se le cambia de puesto de trabajo, de centro e incluso de ciudad en la que trabaja, acciones que no se toman con el supuesto acosador. Actualmente, el pacto nacional contra la violencia machista se encuentra en tramitación en las Cortes generales de España y la vicesecretaria general de la UGT considera que pueden introducirse estos cambios mediante enmiendas en dicho pacto.

La vicesecretaria general de la Unión General de Trabajadores de España, Cristina Antoñanzas, ha señalado que entre los años 2008 y 2015 en España, sólo fueron condenados 49 hombres por acoso sexual en el ámbito laboral, cifra significativamente reducida si se tiene en cuenta el monto de 2 484 denuncias realizadas. Los datos son muestra entonces de varios factores como el miedo al despido, la dificultad de probar este tipo de maltrato y que se pone en cuestión a la víctima.

Es por ello que la sindicalista insistió en que el futuro pacto nacional contra la violencia machista debe contener también protocolos por acoso laboral y sexual en las empresas. Además que estos se incluyan en la negociación de los convenios colectivos, para poder llegar a las mujeres que trabajan en pequeñas y medianas empresas, las que actualmente no tienen obligación de la existencia de planes de igualdad y que son mayoría en España.

En ese sentido, además de reforzar ese asunto en el pacto nacional, Antoñanza abogó por que sindicatos y patronal aborden esos protocolos para que sean incluidos en la negociación colectiva, y así llegar a todas las trabajadoras, pues sólo son obligatorios los planes de igualdad en las empresas con más de 250 empleos.

Durante los preparativos para una jornada de la UGT en Castilla y León, acerca de la protección y el empleo como ejes para enfrentar la violencia de género, Antoñanzas expresó que el acoso sexual en el trabajo es una forma más de violencia de género. Además valoró el pacto nacional contra la violencia de género que, a su juicio, se ha quedado cojo, pues solo se refiere a los trabajadores públicos, dejando fuera a un millón de trabajadoras de la empresa privada, a lo que se añade la insuficiencia de su dotación monetaria.

En la situación de las denuncias a los casos de acoso sexual, han incidido las dificultades de las mujeres de las pequeñas empresas, que por ejemplo, en el caso de Castilla y León, son entre el 94 y 95 por ciento de su tejido empresarial. Es por ello que a la hora de denunciar, las mujeres se frenan pues es complicado probarlo, por miedo al despido y a represalias. Además, la sindicalista denunció que se pone en cuestión a la víctima, y que se le cambia de puesto de trabajo, de centro e incluso de ciudad en la que trabaja, acciones que no se toman con el supuesto acosador.

Antoñanzas también ha apostado porque en cuanto una mujer diga que ha sido objeto de acoso sexual en el ámbito laboral, se comience a protegerla, para lo cual ha pedido que en la empresa privada se puedan aplicar medidas como las que ya existen en la administración pública, donde las mujeres maltratadas pueden solicitar dos meses de permiso con empleo y sueldo garantizado.

Actualmente, el pacto nacional contra la violencia machista se encuentra en tramitación en las Cortes generales de España y la vicesecretaria general de la UGT considera que pueden introducirse estos cambios mediante enmiendas en dicho pacto.

El informe "Acoso sexual y acoso por razón de sexo: actuación de las administraciones públicas y las empresas", realizado en España, y encargado por el Consejo General del Poder Judicial, analizó las fallas del sistema de ese país a la hora de detectar y erradicar el acoso sexual en el ámbito laboral.

Entre las conclusiones del informe destaca la carencia de protocolos eficaces en las empresas para atajar el acoso sexual. De acuerdo con las estadísticas, las denuncias por acoso sexual en ese país no dejado de caer desde el comienzo de la crisis. Por ejemplo, entre 2009 y 2012 disminuyeron en un 28,25 por ciento, según datos de la memoria de la Fiscalía.

Juana María Gil, profesora de Filosofía del Derecho y una de las autoras del estudio asegura que la baja tasa de denuncias desvela no que no existen situaciones de acoso sexual actualmente, sino que aún existe un alto nivel de ineficacia normativa que debe subsanarse urgentemente. Gil insiste en que las percepciones sociales de lo que es esperable de los hombres en sus relaciones con las mujeres lleva a calificar como simple interés o mero galanteo lo que son situaciones de acoso sexual.

Según la psicóloga Lourdes Díez De las Cuevas, las experiencias de acoso sexual en el trabajo son las más difíciles de tratar a nivel psicológico, pues de todas las víctimas de violencia de género, incluidas las de violencia de género en el ámbito familiar y las de violaciones, las que han sufrido acoso sexual en el trabajo presentan mayor riesgo de suicidio.