Lego reorganiza sus piezas para enfrentar posibles crisis
Lego, la famosa firma juguetera danesa que tanto ha hecho disfrutar a niños, jóvenes y adultos, se encuentra actualmente en proceso de reordenamiento de sus dinámicas productivas como consecuencia de una leve caída en sus ventas, un hecho que no había ocurrido en toda una década. Ante posibles futuros riesgos, la empresa, que posee una fortaleza similar a los ladrillitos de acrilonitrilo que fabrica, ya ha tomado algunas medidas. Con su implementación busca seguir siendo la marca más fuerte del mundo, según la clasificación confeccionada por la consultora Brand Finance, por delante incluso de Google y Nike. Un logro que abanderan ya por tres años consecutivos.
La compañía, con 85 años de vida, facturó un total de 5.095 millones de euros el pasado ejercicio, un 6% más que en el año 2015, y casi cinco veces más que hace diez años. Al mismo tiempo, sus beneficios se han visto duplicados en el último quinquenio. Amén de estos buenos resultados económicos en todo ese tiempo, en la primera mitad de este año se registró una caída en las ventas, correspondiente a un 5%. Y ante estas señales de alarma es que Lego ha reaccionado inmediatamente, aun cuando no sean síntomas graves ni repetitivos en el caso de esta poderosa empresa europea.
En este sentido, una de las medidas que ya tomó el grupo, que sigue teniendo su sede en Billund, un pueblo ubicado en el centro de Dinamarca, es despedir al 8% de su plantilla laboral, lo cual representa una cifra de 1.400 trabajadores, de los cuales 600 radican en el propio país. Además, Lego volvió a cambiar su consejero delegado, el tercero ya en ocho meses. El británico Bali Padda, el primer consejero delegado no danés que ha tenido la firma, pronto será reemplazado por Niels Christiansen, quien anteriormente trabajaba para la fontanería Danfloss. El propio Padda había advertido recientemente que el crecimiento de Lego se podía calificar de casi sobrenatural en los últimos años. “Ahora necesitamos que sea sostenible”, señaló.
Aunque analistas como John Ashcroft aseguran que este movimiento de la firma danesa es coyuntural y no estructural, sin dudas evidencian que la empresa posee un gran temor exacerbado ante los riesgos que pudieran implicar esta caída en las ventas. Una de las posibles respuestas está relacionada con que Lego se está preparando para su tercer relevo generacional.
La familia Kirk Kristiansen, los herederos del fundador Ole, poseen aún la mayoría de las acciones y el control de la compañía. El pasado año Thomas, bisnieto del fundador, agarró las riendas de la gestión empresarial de manos de su padre, Kjeld. En su primer informe al resto de los accionistas, ya daba respuesta a esta interrogante, cuando decía que el de desafío de su generación era construir sobre este legado de éxito y asegurar la sostenibilidad y responsabilidad del grupo. Ante la noticia de la bancarrota de la estadounidense Toys 'R' Us, Lego se revoluciona, con cautela, pero sin perder tiempo. Todo paso preventivo es permitido antes de que llegue una posible crisis, parece ser la filosofía de los dueños de la compañía danesa, quizás el pilar fundamental de su histórica fortaleza.
