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miércoles, 13 de septiembre de 2017

¿Llegó la verdadera alternativa en Colombia?

Por LauraB

Con música y mucha algarabía en las principales plazas de Bogotá recibieron los colombianos la noticia de que la ex guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo entró en el terreno político. Cinco décadas y varios intentos después de alcanza e implementar la paz en Colombia el hecho de que hayan avanzado hasta el punto del desarme debía ser bien recibido. Sin embargo, las dudas sobre el verdadero compromiso de los ahora exinsurgentes y la actual correlación de fuerzas políticas en la nación sudamericana dejan un margen bien ancho a la desconfianza. Luego de celebrar su congreso, decidieron nombrar el nuevo partido como Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.

La incógnita ahora es el rumbo ideológico que tomará el nuevo movimiento político. Ellos se presentaron como la nueva alternativa en Colombia, pero ¿hasta qué punto podrán cumplir con su programa de trabajo? ¿no se mezclaran con el ambiente político polarizado de la Colombia de estos tiempos?

En este país la ultraderecha es odiada. La izquierda también. El término medio no existe. Habría que formar un híbrido entre una corriente política y otra. Lo importante es no perder la esencia en ese proceso. Para muchos, los partidos de orientación izquierdista son vinculados con los guerrilleros. Y vincular a alguien o algo con los guerrilleros es sinónimo de terrorismo.

El terreno en el que se moverán es conocido por las Farc y por otros movimientos insurgentes colombianos que pasaron a la vida civil. Por ejemplo, el Movimiento 19 de abril silenció sus fusiles en el año 1990 y pasó a ser el Partido Alianza Democrática M-19. Sin embargo, su accionar político en el Congreso fue corto. Igual pasó con la Unión Patriótica. Este fue resultado de un proceso de paz con las Farc pero en la época de Belisario Betancour por los años 90 también. Todo fue hermoso hasta que exterminaron a la mayoría de sus miembros.

Creo que sortear y llegar finalmente a un acuerdo de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos –luego de 4 años de conversaciones en La Habana- fue solo el inicio del gran reto para la insurgencia. Ahora se plantea la verdadera guerra, pero en el plano ideológico. ¿Serán capaces de quitarse de los hombros el estigma de terroristas? No lo creo. No quiero pecar de pesimista pero tendrá que pasar muchos años y nuevas generaciones de colombianos para que esta sociedad se sacuda la carga violenta y polarizada que ha marcado el país durante uno de los conflictos más largos del hemisferio.Convertirse en un partido político no se ni por asomo la solución a una sociedad violenta. Lograr reinsertarse en la vida civil, sí lo es.

No obstante, Colombia ha demostrado al mundo que puede construir la paz y eso de por sí es un acto de valientes.