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viernes, 29 de septiembre de 2017

Los abortos inseguros se cuentan por millones

Por YCC

El acceso al aborto legal y seguro debería ser esencial de los servicios de salud reproductiva, pero la verdad es que continúa siendo un tema sensible y un importante problema de salud. Cada año en el mundo se registran 55,7 millones de abortos, de ellos el 45% (25,5 millones) se realiza sin garantías de seguridad. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Instituto Guttmacher de Nueva York, en Estados Unidos, el 97% de la práctica insegura del aborto se realiza en países en vías de desarrollo de Asia, África y América Latina.

La investigadora del Departamento de Salud Reproductiva de la OMS, Bela Ganatra, afirma que por su tamaño poblacional es el continente asiático el que presenta la cifra más alta de abortos inseguros, sin embargo, las pesquisas demuestran que entre 2010 y 2014 las tres cuartas partes de los abortos que se practicaron en África fueron inseguros. Incluso el riesgo más alto de morir por aborto mal realizado se registró en África subsahariana.

La investigación realizada estableció la seguridad de los abortos en tres categorías distintas en función de los medios que se han utilizado y la formación de la persona que practicó la interrupción del embarazo. Esa división, más explícita que la dicotomía entre abortos seguros e inseguros, ha permitido a los estudiosos obtener una panorámica de la situación “con más matices”.

Según los datos recopilados, el 55% de los abortos que se realizaron entre 2010 y 2014 pueden ser considerados seguros porque fueron hechos utilizando métodos recomendado por la OMS y ejecutados por especialistas en condiciones sanitarias adecuadas. La investigadora de la OMS, Bela Ganatra, ha manifestado que la gran mayoría de los abortos realizados en Europa y América del Norte corresponden a esa categoría. Solo en Europa del Este se registró un porcentaje más alto de abortos inseguros, un 14,2% frente al 6,5% de todo el continente.

Por su parte, el 30,7% de los abortos registrados fue incluido en la categoría de los menos seguros, mientras que el 14,4% fue estratificado en la última categoría destinada a las interrupciones que no cumplían ningún criterio de seguridad, o sea, que habían sido realizados por personal sin formación y con métodos peligrosos como la inserción de cuerpos extraños.

De acuerdo con explicación de la experta, el trabajo también tuvo en cuenta las circunstancias de cada país como la legislación vigente, las infraestructuras sanitarias disponibles o la accesibilidad de los servicios. Los resultados indican que existe una asociación entre las leyes y la seguridad. Nueve de cada 10 abortos practicados en países donde no está prohibido fueron seguros, sin embargo, esa estadística fue muchísimo menor en países donde las interrupciones de embarazo eran ilegales salvo en aquellos casos en los que la vida de la madre peligraba.

Los investigadores también observaron que los índices estaban relacionados con el desarrollo del país. La mayoría de los abortos en naciones de altos recursos fueron seguros. En cambio, sólo eran seguros uno de cada cinco abortos si se trataba de países pobres. El estudio se enfocó en la seguridad de los abortos y no en cómo influía el contexto en su incidencia. No obstante otro artículo publicado en “The Lancet” en 2016 demostró que no existe ninguna asociación entre las leyes y la incidencia de abortos. En conjunto, ambos trabajos sugieren que las interrupciones de embarazos no son ni más ni menos comunes en países con leyes restrictivas pero, en cambio, sí son más inseguros.

El portavoz de la Sociedad Española de Contracepción, Modesto Rey, afirma que independientemente de las leyes que haya, los embarazos no deseados se siguen produciendo y, por consecuencia, también los abortos. De ninguna manera las normas restrictivas evitan los abortos, pero sí afecta la calidad y la seguridad con que se hacen. Si Las leyes que lo regulan se dan en países desarrollados, serán altas las posibilidades de que las mujeres que quieran abortar encuentren procedimientos seguros o que puedan viajar a otros países para hacerlo. Sin embargo, por el contrario, si mantenemos leyes que restringen, y a eso le sumamos los pocos recursos, el resultado será siempre abortos mal hechos y con serias consecuencias.