Lula lamenta que los jueces se ensañen con él
Ignacio Lula respira aliviado, su caso confirma que la justicia llega por sí sola; luego de más de dos horas de interrogatorio intenso, el ex presidente de Brasil manifestó desde la ciudad de Curitiba que los jueces que se ensañan en acusarlo de corrupción, no han encontrado nada para juzgarlo. Por segunda ocasión, luego de mayo pasado en que fuese sentenciado con nueve años y medio de cárcel, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) rindió cuentas antes Sérgio Moro, juez de la operación Lava Jato, la que investiga el caso de corrupción en la empresa estatal brasileña, Petrobras.
Ante la prensa pendiente de los acontecimientos del jucio, Lula transmitió su satisfacción: "Estoy orgulloso porque después de dos años en los que investigaron mi vida, grabaron mis conversaciones con Dilma (Rousseff), con mi esposa, invadieron mi casa, no encontraron nada para apoyar las acusaciones que me hacen”.
Afirmó además que las pretensiones de la derecha para que renuncie a la candidatura no tendrán éxito algun: “no le tengo miedo a nada, si creen que no seré candidato pues los que deben tener miedo son ellos”. Al propio tiempo, el ex mandatario socialista resaltó los logros de su gobierno, entre ellos el brindar mayor calidad de vida a los desposeídos, alimentación, derecho a la cultura “aumentar la autoestima de cada persona, poder respetar al pueblo de la sexodiversidad”, agregó además que luchará por esta causa hasta el último momento de su vida.
Según el líder del PT, él es uno de los pocos gobernantes que han decidido gobernar para los pobres, consecuencia de ellos ha recibido el odio de la élite gobernante. Como “cacería de brujas”, calificó Luis Inacio el proceso que se desarrolla en su contra. De igual modo, sus abogados insisten en que Lula es víctima de una persecución política, y que los integrantes de la Fiscalía no hacen más que abusar de sus prerrogativas legales para intentar constreñir al exdignatario. Según han confirmado, han sido artífices de manipulación del sistema judicial brasileño en aras de promover una persecución política.
Este segundo enjuiciamiento pretendía determinar si la constructora Odebrecht, fundamental en la operación Lava Jato, había financiado un terreno para el Instituto Lula en Sao Paulo, así como puesto a disposición de su familia un apartamento en Sao Bernardo do Campo.
Como colofón y pieza clave, se conoce que Lula da Silva actualmente lidera las encuestas electorales, de hecho, sin tapujos ha expresado su intención a los comicios presidenciales de 2018. Una mayoría en el pueblo brasileño apoya su candidatura y se solidariza con la injusta causa, según confirman los medios de prensa que brindaron cobertura al hecho, antes de entrar a la sala de juicio, el expresidente de 71 años saludó e intercambió con sus seguidores.
