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miércoles, 27 de septiembre de 2017

Macron no defiende la clase obrera

Por liss

Macron firmó de manera formal la reforma laboral el pasado viernes la cual se espera que entre en vigencia a principios del próximo año. Es este sólo el primer paso de una serie de medidas que modificarán también las prestaciones por desempleo y pensiones, ello podría provocar más protestas en la calle que las actualmente realizadas. El partido La República En Marcha de Macron y de La Francia Insumisa de Mélenchon y el auge de ambos, ha desplazado a los partidos tradicionales. Los socialistas, que gobernaron de 2012 a 2017, gozan de muy poca popularidad; en tanto Los Republicanos conservadores se dividen sobre si para apoyar al presidente y el Frente Nacional de Marine Le Pen, el cual llegó a la segunda vuelta de las presidenciales contra Macron, el mismo se encuentra ahora debilitado por luchas internas.

Miles de personas se aunaron en la Plaza de la Bastilla para manifestar en contra al plan laboral del presidente francés, que aseguran facilita el despido. La marcha, convocada por la Francia Insumisa, tomo el pasado sábado las calles de París para protestar contra la reforma laboral del presidente Emmanuel Macron, quien aprobó en alguna de sus disposiciones que evidentemente no favorecen a la clase laboral francesa.

Jean-Luc Mélenchon, líder del movimiento Francia Insumisa, llamo a los descontentos a la protesta contra dicho plan del presidente Macron, de reducir protecciones a los trabajadores. Sin embargo, pese a las protestas la reforma fue aprobada. La plataforma de protestas llevo en autobús a manifestantes de más de un centenar de localidades. El líder de la ultraizquierda francesa también amenazó al presidente Macron, con marcarle un "pulso social" mediante una continuidad de acciones de protesta contra la reforma laboral así como el resto de sus políticas. En esta batalla que recién comienza participaron 150.000 personas - aunque la policía rebajó la cifra a 30.000 - contra lo que han bautizado como un golpe de Estado social de Emmanuel Macron, quien fuese eje de todos los ataques.

El método de la brutalidad utilizado para la reforma fue adoptado por el procedimiento del decreto ley que permitió su vigencia inmediata en espera de la tramitación parlamentaria prevista para después del 20 de noviembre. Luego de la fecha se preparará una acción de protesta en la que se prevé participen los sindicatos, el sitio de encuentro será la avenida de los Campos Elíseos con un millón de personas. El líder de Francia Insumisa se propuso con esta marcha marcar un punto adicional en su objetivo de mostrarse como el líder de la oposición gracias a esta convocatoria propia que tuvo carácter más político que sindicalista. Las manifestaciones del pasado jueves con la que Mélenchon mantiene una forma de rivalidad mostraron signos de desinflarse respecto a la primera jornada de huelgas y manifestaciones del pasado 12.

Mélenchon advirtió que detrás de las reformas del presidente se encuentra latente "la batalla de Francia. Los liberales quieren y deben atacar la sanidad, vivienda, educación" o "el derecho a la jubilación". Por ello hay que aunar toda la fuerza del pueblo francés en la batalla. Los mensajes de crítica no solo se limitaron a los cinco decretos ley que se adaptan el mercado laboral y que a su vez están en línea directa con las promesas de campaña de Macron, sino que además dan un margen de acción para dar luz verde a la negociación en el interior de las empresas. Otra de las disposiciones más polémicas es la fijación de un mínimo y un máximo en las indemnizaciones por despido improcedente. Ello pone coto a la incertidumbre de varias empresas ya que los jueces podían fijar el monto con libertad.