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miércoles, 20 de septiembre de 2017

México, país de terremotos

Por erne91javier

Un fuerte sismo de 7.1 grados afectó hoy al centro de México y en su capital provocó derrumbes de varios inmuebles, según informes preliminares. El terremoto provocó derrumbes en las colonias Roma y Condesa de esta capital. También en Cuernavaca, estado de Morelos, se reporta la caída de un edificio de cinco plantas. Decenas de ambulancias y carros de bomberos recorren de un lado a otro la avenida Insurgentes, una de las principales de la Ciudad de México. En el Paseo de la Reforma, donde se levantan altos rascacielos, muchos cristales se vinieron abajo.

El pasado 7 de septiembre, un terremoto de magnitud 8,2 también se presentó en el sur de ese país. Al menos 61 personas murieron y 200 resultaron heridas. Hasta ahora, las autoridades no han dado un reporte de daños o víctimas, pero según datos preliminares se cree que las victimas pudiesen sumar al menos 50 y 22 personas lesionadas de los cuales 6 son niños. El gobernador del estado de México llamó a guardar la calma, y exhortó a la población a ayudar con todo lo que le sea posible a remover los escombros, así como informó que se habilitaron líneas telefónicas directas para reportar cualquier emergencia.

En todas las zonas afectadas hubo daños en edificios, algunos de los cuales se desplomaron, así como muros y fachadas de departamentos y edificios públicos en una capital donde aún se respira miedo. Al poco de producirse el terremoto, la ciudadanía que había salido a la calle para resguardarse del temblor se organizó para trabajar en las tareas de limpieza de escombros, cuya rapidez es vital a la hora de encontrar con vida a las personas atrapadas por la runa. En este sentido, las horas posteriores al sismo son esenciales para los servicios de rescate.

El sismo ocurrió en la misma fecha en la que hace 32 años, miles de personas perdieron la vida en esta capital, donde numerosas edificaciones - hoteles, escuelas, hospitales, edificios de viviendas, se vinieron abajo. Casualmente hoy por la mañana, las sirenas sonaron  de nuevo, y miles de ciudadanos abandonaron los edificios de forma ordenada en un simulacro de terremoto. Antes, al filo de las siete de la mañana, hora en que ocurrió el sismo del 19 de septiembre de 1985, el presidente Enrique Peña Nieto encabezó el izado de la gigantesca bandera nacional en la Plaza de la Constitución, en el Zócalo, en homenaje a las víctimas de aquel fenómeno natural. Cuatro horas después los altavoces instalados en la capital, así como en los radiorreceptores ubicados en escuelas y edificios gubernamentales, se dejaron escuchar como aviso a la población de que disponía de 40 segundos para evacuar y buscar lugares más seguros, ante la inminencia de un hipotético movimiento telúrico, categoría ocho, y con epicentro en el estado de Guerrero.

Escuelas, centros de labor y edificios gubernamentales fueron desalojados de forma ordenada y en algunas arterias el tráfico se detuvo momentáneamente. El simulacro, organizado por el gobierno de la Ciudad de México también se repitió en otras entidades federales, aunque en los estados de México, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Puebla fue suspendido por las autoridades debido a las réplicas del movimiento telúrico del pasado 7 de septiembre, que provocó decenas de muertes y graves daños sobre todo en Oaxaca y Chiapas. Ello, como una muestra de solidaridad con las poblaciones de Oaxaca y Chiapas, para no generar alarma en los habitantes, y activar la alerta ante una circunstancia real, toda vez que continúan presentándose réplicas.