Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

jueves, 14 de septiembre de 2017

Rusia gana terreno

Por Gustav98

El petróleo es uno de los recursos más codiciados, si no el más, de los tiempos actuales. Las principales potencias del mundo se encuentran envueltas en conflictos militares, “casualmente” en países con grandes reservas de petróleo.Entre estos pueden nombrarse a Iraq, Siria, Irán y Arabia Saudita. Recientemente, uno de los grandes jugadores a nivel mundial ha dado un paso decisivo para garantizar su ventaja en la inestable región del Medio Oriente, principal teatro de las operaciones. Al mismo tiempo, la configuración de las zonas de influencia de las potencias parece estarse moviendo peligrosamente, en claro desafío al estado de la geopolítica en el área durante las últimas décadas.

La inestabilidad en los precios del petróleo, a pesar de los esfuerzos de los principales productores a nivel mundial, es un hecho que golpea la economía mundial. Rusia, es uno de los principales afectados, pues la renta petrolera es un por ciento considerable del PIB nacional. Por ello, el gigante euroasiático mueve sus piezas en el tablero de ajedrez mundial, evitando caer en posición de jaque. Entre sus últimas jugadas está la firma de un acuerdo de transportación de hidrocarburos con el Kurdistán iraquí.

El acuerdo establece el acceso de la transnacional rusa a uno de los principales oleoductos de la región, el cual sirve de conexión con Turquía. La región tiene una importancia estratégica para Moscú, pues las reservas de hidrocarburos se fijan en el orden de los 45 mil millones de barriles de petróleo y 5.66 billones de metros cúbicos de gas, según fuentes del Ministerio de Recursos Naturales de la Región del Kurdistán. A pesar de que se han firmado otros acuerdos de explotación y exploración con anterioridad, el actual es el más importante. Actualmente, el oleoducto tiene una capacidad de 700.000 barriles por día y mediante el acuerdo suscrito con los rusos, esta capacidad será aumentada a más de 1 millón por día.

El hecho es de vital importancia para Rusia, con una crisis evidente de los precios del petróleo, la solución que han encontrado es aumentar su mercado. La región es un nicho valioso, tanto por su posición geográfica como por las reservas que posee. En este aspecto, Rusia le robó la arrancada a otras potencias interesadas en el área como Estados Unidos y Gran Bretaña, reafirmando su interés de competir por la repartición del pastel en el Medio Oriente; algo que ha sido evidente desde la entrada en el conflicto sirio. El acuerdo firmado, tiene una duración de 20 años y según Mikhail Leontyev ha sido establecido en términos favorables para la empresa rusa.

Resulta curioso el contexto en el que se firma el acuerdo. Son ampliamente conocidos los encontronazos que ha tenido Turquía con los Estados Unidos luego del golpe de estado en esa nación y la subsecuente agravación con la llegada de Trump a la presidencia. Ante tal situación Ankara ha encontrado respaldo en Moscú. Más allá de sus diferencias, han avanzado en puntos de interés mutuo como el terrorismo y el comercio, donde los hidrocarburos tienen un rol importante. Con Turquía gravitando en la esfera rusa, aunque no del todo involucrada, Rusia ha puesto sus ojos en el Kurdistán iraquí.

Por la secuencia de movimientos tal parece que Moscú busca minar la influencia norteamericana y europea en los países que, hasta el momento, eran pivotes de la política occidental hacia Medio Oriente. Con Siria bajo clara influencia rusa, Irán como aliado tradicional y el proceso de acercamiento con turcos y egipcios, Rusia gana terreno y se coloca en una posición favorable para lanzarse sobre el bastión iraquí.

Ante estos hechos, que aislados no llaman la atención pero vistos en su totalidad de una imagen clara, Occidente debería considerar el planteado recrudecimiento de sanciones contra Moscú. El que lejos de asfixiar, parece encender la creatividad de Rusia y amenaza con sacarle el tiro por la culata a norteamericanos y europeos.