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sábado, 9 de septiembre de 2017

Sin Serena, pleno estadounidense en el US Open

Por Aliet Arzola

Uno entiende que sin Serena Williams el tenis femenino de Estados Unidos es considerablemente menos fuerte, pero entonces llegan Madison Keys, Sloane Stephens, Coco Vandeweghe y Venus Williams para demostrar que estamos equivocados por completo. Estas cuarto chicas coparon las semifinales del US Open de Nueva York, en el cual, a la postre, Keys y Stephens avanzaron a la final luego de superar a sus compatriotas. Keys arrasó en dos mangas sencillas, sin gran desgaste, mientras Stephens, una chica que recuerda a Serena por su vitalidad en la pista, precisó de un poco más de esfuerzo para deshacerse de la experimentada Venus, quien aspiraba a colarse en su tercera final de Grand Slam este año.

Sin embargo, el tenis es un deporte en ocasiones impredecible, en el que una jugadora sin grandes números puede convertirse en revelación de la noche a la mañana. Algo así ha sucedido con Stephens, quien hace solo cuatro semanas ocupaba el puesto 934 en el ranking de la WTA. Su duelo en semifinales contra Venus Williams era tan improbable como descubrir vida extraterrestre, pero ocurrió por el trabajo duro de la chica de 24 años, como ella misma reconociera tras la victoria en tres sets (6-1, 0-6 y 7-5).

La muchacha de la Florida mostró mucha confianza en sus reveses y en el juego desde el final de la cancha, donde se movió de un lado a otro con gran velocidad, contrarrestando los golpes paralelos y cruzados de Venus. “No tengo palabras para describir lo que significa estar aquí. Si alguien me hubiera dicho que llegaría a la final de un Grand Slam lo dejaría pasar sin escucharlo. Es increíble que lo haya conseguido”, precisó Stephens en el centro del Arthur Ashe Stadium, al cual conquistó con sus bríos juveniles. “Me enfoqué en luchar cada bola y aprovechar las oportunidades. Se dieron puntos impresionantes, sobre todo en el final cuando las cosas se igualaron. Sabía que la tónica en el tercer set no podía ser igual al desbalance para uno y otro lado que se vio en las dos primeras mangas”, añadió. En una muestra de respeto, Stephens aplaudió a Venus y dijo que había sido un honor jugar con ella, una de las más elegantes y estelares competidoras de la historia.

En la otra semifinal, Madison Keys no dejó mucho margen al suspenso contra  Coco Vandeweghe, a quien arrasó con marcadores de 6-1 y 6-2. Apoyada en su fuerte servicio, que en ocasiones rozó las 100 millas por hora, la joven de 22 años, natural de Rock Island, liquidó el asunto en solo una hora y siete minutos. Keys, quien ha estado buena parte del año entre las 20 mejores del planeta, aprovechó el poder de sus golpes paralelos y su juego sólido desde el fondo de la cancha con duros reveses para desarticular a Vandeweghe, quien sufrió además por la efectividad de su rival en las subidas a la net.

La victoria y el pase a la final son un bálsamo para Keys, cuyo inicio de temporada fue bastante complejo por una lesión en su muñeca izquierda, tras la cual mostró un rendimiento deficiente en los Abiertos de Miami, Charleston, Madrid y Roma. Sin embargo, en Stanford, durante el primero de los torneos de pista dura en Estados Unidos, derrotó a Garbiñe Muguruza, futura líder mundial y flamante campeona de Wimbledon, un claro aviso de lo que podía pasar en Nueva York. A la postre, a Keys le ha funcionado la estrategia de incluir nuevamente en su grupo de coaches  a Lindsay Davenport, de quien se había separado antes.

Con la llegada de Keys, Williams, Stephens y Vandeweghe a semifinales, Estados Unidos logró copar dicha instancia por sexta ocasión en la Era Open, que arrancó en 1968. Las primeras durante esta etapa en conseguirlo fueron Tracy Austin, Chris Evert, Billie Jean King y Martina Navratilova en el US Open de 1971. Después las secundaron en 1981 Evert, Navratilova, Barbara Potter y Austin, mientras un año después, pero en Australia, Evert, Andrea Jaeger, Navratilova y Pam Shriver también consiguieron la hazaña, al igual que Zina Garrison, Kathy Jordan, Navratilova y Shriver en 1983.

La última ocasión en que esto había ocurrido fue en 1985, durante la cita de Wimbledon, en la cual Evert, Kathy Rinaldi, Garrison y Navratilova completaron la hazaña, que tomó más de 30 años en repetirse. Como detalle muy importante, Estados Unidos ha logrado incluir a cuatro semifinalistas en Nueva York sin la convocatoria de Serena, la exponente más recia de la escuadra norteña, y con tres jugadoras que no pasan de 25 años. Al respecto, Sloane Stephens dijo que no hay ninguna marca sobre el tenis americano: “Las pruebas están sobre la mesa, que digan lo que quieran, pero aquí estamos”.