Tatuajes en adolescentes: hablan los pediatras
Son las primeras recomendaciones que sobre este tema hace la Academia Americana de Pediatría (AAP), y acaban de ser publicadas. No hay, en lo que aconsejan los expertos de esta institución científica, margen a las confusiones: aquellos adolescentes que deseen realizarse un tatuaje o una perforación (los llamados piercing) deben considerar de manera cuidadosa, las consecuencias y los riesgos potenciales de tomar esta decisión, indicó la AAP.
Eso sí, los jóvenes deben velar y asegurarse porque el sitio en el que se realicen el tatuaje sea estéril, esté limpio y además tenga buena reputación, antes de acceder a realizarse un tatuaje o una perforación, expuso la institución científica que representa a unos 66000 pediatras.
Asimismo, la Academia agregó que los muchachos o las chicas que tengan entre sus planes tatuarse, deben también tener actualizadas sus vacunas y asegurarse de no estar consumiendo en ese momento ningún fármaco que pueda comprometer su inmunidad.
Cora Breuner, presidenta del Comité de la AAP para la Adolescencia, en una declaración afirmó que la moda de los tatuajes es mucho más aceptada en la actualidad de lo que lo era hace 15 o 20 años atrás. Al mismo tiempo, la AAP puntualizó que la escarificación, procedimiento que implica cortar, quemar o grabar palabras o imágenes en la piel, no está lo suficientemente regulada como los tatuajes y las perforaciones, e incluso está prohibida en algunos estados de Estados Unidos.
Los reglamentos entre los estados suelen variar y en algunos los jóvenes deben haber arribado a la edad de 18 años para poder realizarse un tatuaje. Breuner advirtió que como parte de la asesoría a los adolescentes que tienen la idea de tatuarse, ella considera vital pedirles a los jóvenes que investiguen y que piensen con detenimiento en la razón por la que quieren tener un tatuaje y en qué parte del cuerpo lo colocarías.
En el año 2014, un sondeo realizado en los propios Estados Unidos y el cual entrevistó a 2700 ciudadanos de este país, arrojó que el 76 por ciento de los encuestados señalaron que, en su opinión, haberse realizado un tatuaje o una perforación afectó de manera negativa su posibilidad de obtener un empleo. Una muy mala señal si se tiene en cuenta el auge del “body art”.
