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sábado, 9 de septiembre de 2017

Vulnerabilidad social de los adolescentes cubanos

Por Jacky

Los adolescentes se exponen a diversos riesgos que pueden marcar o definir su desarrollo futuro; de la magnitud de esos riesgos, la capacidad para enfrentarlos y adaptarse a ellos se deriva que este grupo social pueda encontrarse, o no, en situación de vulnerabilidad social. En Cuba, el interés por el desarrollo y la protección de los derechos y la seguridad de los adolescentes constituye pilar fundamental dentro de las tareas del Estado, sin embargo, las dificultades en la situación económica generadas durante años, unidas a las paulatinas variaciones y afectaciones en las distintas esferas del ámbito social, han conducido a una mayor manifestación de condiciones adversas y arriesgadas para los adolescentes.

La adolescencia constituye una etapa compleja debido a los cambios biológicos y psicológicos que se producen en la misma y que, acompañados de factores externos como los contextos familiar, social, económico, educacional y otros, van conformando la propia identidad y personalidad de los futuros hombres y mujeres.

Según la Organización Mundial de la Salud, abarca desde los 10 a los 19 años y es una etapa de tránsito de la niñez a la madurez en la cual se desarrolla y consolida la identidad y que está atravesada por una dinámica de conflictos que, en su punto más elevado, puede conducir a estados mentales contradictorios que se expresan en un sentimiento de vulnerabilidad exagerado contrapuesto a las grandes expectativas personales.

Atendiendo a las lógicas planteadas anteriormente, en esta etapa los adolescentes se exponen a diversos riesgos que pueden marcar o definir su desarrollo futuro; de la magnitud de esos riesgos, la capacidad para enfrentarlos y adaptarse a ellos se deriva que este grupo social pueda encontrarse, o no, en situación de vulnerabilidad social.

Autores estudiosos de este fenómeno, como Roberto Pizarro y Caroline Moser, señalan que la vulnerabilidad se ha convertido en un rasgo social predominante en América Latina, dados los riesgos provocados por la forma de producción y el nuevo patrón de desarrollo de los países de la misma, por lo que, según su opinión, estos aspectos lo convierten en un concepto explicativo de esa problemática social.

En Cuba el interés por el desarrollo y la protección de los derechos y la seguridad de los adolescentes constituye pilar fundamental dentro de las tareas del Estado, sin embargo, las dificultades en la situación económica generadas durante años, unidas a las paulatinas variaciones y afectaciones en las distintas esferas del ámbito social, han conducido a una mayor manifestación de condiciones adversas y riesgosas para los adolescentes. Elementos y situaciones como la desvinculación de los estudios, la temprana inclusión en el sector obrero, la disfuncionalidad en los hogares, los padres adolescentes, las madres solteras, los menores sin amparo filial, son expresión de la vulnerabilidad a la que se expone este grupo social.

A pesar de la presencia de esas condiciones de vulnerabilidad en la sociedad cubana, el desconocimiento de los factores desencadenantes, las características, las formas de expresión y las consecuencias de la misma, repercuten en que muchos adolescentes que están o pueden llegar a estar afectados por la vulnerabilidad, así como las instituciones sociales y estatales pertinentes, no cuenten con los elementos para identificarla y, por tanto, no se desarrollen medidas o acciones (personales o institucionales) necesarias para paliarla.

Amplios son los estudios desde las Ciencias Sociales que se han desarrollado en el mundo sobre la vulnerabilidad social, destacan las investigaciones de Moreno Crossley y Caroline Moser y, llevadas al caso latinoamericano las de Rubén Kaztman, Carlos Filgueira, Roberto Pizarro y otros, además de las publicaciones e indagaciones realizadas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y, dentro de esta, por el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE).

En el caso cubano, los estudios sobre vulnerabilidad social son menos numerosos, destacándose la labor del Centro de Estudios sobre la Juventud y de psicólogos y sociólogos como Elaine Morales Chuco y María del Carmen Zabala, aunque con investigaciones más centradas en la marginalidad, la exclusión social, la pobreza, los factores de riesgo y los problemas específicos que la vulnerabilidad provoca en adolescentes y jóvenes.

La problemática de la vulnerabilidad social y específicamente en la adolescencia, es abordada muy pobremente en los medios de comunicación cubanos, más enfocados en otras situaciones como la marginalidad, la exclusión o la desigualdad social, fenómenos más fáciles de percibir cotidianamente y sobre los que se han estructurado un discurso mediático y métodos estatales para paliarlos.

En lo referido a los estudios, el interés de los investigadores está más centrado en otras problemáticas sociales, al estar vinculadas a la vulnerabilidad social por ser este un concepto utilizado para englobar los procesos que anteceden a diagnosticar justamente estos fenómenos, contribuyen a establecer una base de conocimientos y delimitaciones de las características y expresiones de la vulnerabilidad en el país.

Pese a las estrategias y programas creados por Cuba en beneficio y para la protección de los adolescentes, se carece de una visión focalizada en las problemáticas particulares de grupos sociales y/o etarios que logre una mejor articulación entre las propuestas y medidas y las necesidades reales de estos grupos. 

Si se toma en cuenta la dificultad que representa para los adolescentes la creación y aplicación de métodos que los lleven a superar o lidiar de manera efectiva con condiciones contextuales y sociales que los afecten, el país y sus instituciones necesitan valorar la eficacia de los programas dedicados a los adolescentes y sus problemáticas en tanto persistan situaciones de riesgo.