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jueves, 19 de octubre de 2017

Alimentando al cáncer con azúcar

Por Diana Lorenzo

Conocido era ya que las células cancerígenas metabolizan el azúcar de modo diferente a las células sanas. Sin embargo, no se había identificado aún el mecanismo que empleaban para nutrirse de modo tan superior. Fue el The Flanders Institute for Biotechnology quien, luego de nueve años de intenso estudio, aclaró el vínculo entre el consumo de azúcar y la hiperactividad de las células cancerosas.

Los resultados fueron publicados en la Revista Nature Communications. El estudio tuvo su génesis en la investigación del fisiólogo alemán Otto Heinrich Warburg, ganador por ello de un premio Nobel. Warburg fue el pionero en señalar la relación entre el azúcar y el cáncer; por lo que se conoce desde entonces como Efecto Warburg.

Hasta el momento, se desconocía si el consumo desmedido de azúcar era efecto sintomático del cáncer o una causa. Lo que si había demostrado la ciencia a partir de la observación, era que los tumores convierten cantidades significativamente más altas de zacarosa en lactato en comparación a los tejidos sanos; de hecho, la cifra de consumo de las células enfermas es hasta 200 veces superior a la de las células sanas. A partir del estudio actual, se ha verificado el vínculo entre la desviación metabólica y el desarrollo acelerado de las células cancerosas.

Según ha señalado Johan Thevelein, uno de los científicos belgas que durante nueve años estudiaron el fenómeno Warburg, la investigación concluye que el azúcar hiperactivo de las células cancerosas estimula continuamente el desarrollo y crecimiento del cáncer. Por ello, se demuestra la correlación entre el efecto de Warburg y la agresividad de las neoplasias.

No obstante, a los logros de la investigación de los de la Flanders Institute for Biotechnology, el descubrimiento no es suficiente para identificar la etiología del efecto de Warburg. Se requieren estudios más rigurosos para descubrir si esta causa primaria también se conserva en las células de levadura. Lo que sí es una realidad, es que la investigación publicada en Nature, sienta las bases para futuras indagaciones en este campo que puedan encontrar una manera de bloquear el flujo de glucosa que llega a las células cancerosas. Si lo logran podríamos estar ante una nueva terapia que mataría los tumores de hambre sin los efectos secundarios de otras terapias convencionales.