Brasil quiere frenar la intolerancia religiosa
En plena crisis de intolerancia religiosa, el Supremo Tribunal Federal de Brasil dio luz verde a la iniciativa que contempla que se promuevan algunas religiones en las escuelas públicas. En las escuelas confesionales estará permitido a partir de ahora los maestros pueden hablar de sus creencias religiosas. En aquellas que no ostentan esa condición, solamente abordarán temáticas como la historia y el impacto social de la religión. La normativa aprobada por el tribunal añade que no se les puede obligar a los estudiantes a asistir a clases de religión y que deben contar con el permiso de sus padres para participar.
La Carta Magna vigente en el gigante sudamericano desde el año 1988 establece que las clases sobre religión debenestar disponibles para alumnos de entre 9 y 14 años de edad. De esta forma, Brasil protege la libertad de religión sin necesidad de censurar el estado laico. La legislación se tomó en cuenta en un panorama difícil en cuanto a tolerancia religiosa se refiere.
En los últimos días, miles de personas salieron a las calles de Río de Janeiro a manifestarse por lo que consideran el peligroso clima de intolerancia religiosa en gran parte del país sudamericano. Creencias heredadas de los esclavos africanos tales como el candomblé y el umbanda, son blanco de las agresiones, las cuales tienen lugar en su mayoría en las favelas o barrios pobres.
Materiales audiovisuales subidos a las redes sociales muestran a personas agrediendo a otras y diciéndoles de forma violenta que rompan las imágenes y los lugares de culto de sus santos, conocidos como “terreiros”, por el término en portugués. En el caso carioca, las diferencias aumentaron cuando asumió la alcaldía el obispo Marcelo Crivella perteneciente a la Iglesia Universal del Reino de Dios, la cual forma parte de las principales denominaciones evangélicas.
El año pasado se denunciaron 79 casos de intolerancia religiosa solo en Río de Janeiro. Esto representa un incremento del 119 por ciento en comparación con el año 2015. Brasil es el país con más católicos en el mundo. En el gigante sudamericano más de la mitad de la población de 202 millones de personas es negra o mulata. La herencia cultural de las raíces africanas ha dejado un sincretismo religioso que ha marcado el país de la samba.
Es por eso que resalta el hecho de la nueva iniciativa legal para resguardar la convivencia a los diferentes credos en un país tan multicultural y diverso. No obstante, aun queda mucho por hacer para desterrar completamente la intolerancia religiosa de este país.
