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jueves, 26 de octubre de 2017

Cuidados paliativos en África: el derecho a morir si dolor

Por Darío E.

Una de las aristas novedosas de la medicina es la referente a los cuidados paliativos, encargados de garantizarle a los enfermos terminales la máxima calidad de vida, sin tratar de alargarla o acortarla, procurando solo minimizar el dolor y otros síntomas portadores de estrés. En su campo de acción integra los aspectos psicológicos y espirituales en la aplicación de los cuidados, considerando activamente a la familia del paciente. Este tipo de atención es considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un derecho fundamental de la humanidad, sin embargo, en muchas regiones es aún un término casi desconocido.

Las áreas más vulnerables son, por supuesto, los países más empobrecidos. Un estudio realizado en el continente africano reveló que el 71 por ciento de los cuidados paliativos, muy escasos donde los hay, se concentran en tres países: Uganda Sudáfrica y Kenia. En ellos se localizan la mayor cantidad de centros donde se realizan estos tratamientos (229, 160 y 70, respectivamente). E el otro extremo, países como República Democrática del Congo, Madagascar y Guinea, cuentan con una única institución de este tipo en su territorio.

En países donde la atención médica primaria es precaria y un médico debe atender a más de 10 mil habitantes, hablar de muerte cómoda y digna es casi un tabú. Son sociedades donde estos conceptos son aún muy novedosos, de hecho, muchos expertos concluyen que la concentración de los cuidados paliativos en solo tres países africanos se debe a que históricamente han mantenido el vínculo con Reino Unidos, lugar donde surgió esta terapia en la década del 60 del siglo pasado. A esto se suma otra gran lista de obstáculos: la gran escasez de recursos, que los médicos prefieran invertir sus esfuerzos en los pacientes que vivirán y no en los enfermos terminales y la no disponibilidad de medios por parte de la población para trasladarse a un hospital, prefiriendo morir en sus casas.

Otro aspecto que el estudio considera llamativo es la falta de fármacos para mitigar el dolor En África se usa un solo miligramo de morfina por persona y año, cuando la media de opioides a emplear, recomendada por la OMS, es de 200 miligramos. Una esperanza para mejorar esta situación general podría ser el compromiso mundial adoptado por la Asamblea Mundial de la Salud, órgano supremo decisor de la OMS, en mayo de 2014, el órgano decisorio supremo de la OMS. Con su firma los 194 países miembros de la organización se comprometían a mejorar los cuidados paliativos en sus áreas de acción.

Estudios como el presentado por el Programa ATLANTES del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la universidad de Navarra, bajo el nombre de Atlas de los cuidados paliativos en África son una útil referencia para gobiernos e instituciones sobre el estado actual de esta especialidad en sus países y región. El camino parece ser aún largo, sobre todo cuando se arrastra un mal de fondo como la precariedad y pobreza general del continente, donde los servicios médicos son solo una arista más.