El agua caliente no elimina los gérmenes
Una teoría popular muy difundida en todas las culturas consiste en que lavarse las manos con agua caliente es lo mejor para eliminar la suciedad porque, dicen, es muy eficaz para matar los tantísimos gérmenes que se nos adhieren de solo rozar cualquier superficie, así nos perezca que esté muy limpia. Pues bien, parece que la teoría no es del todo verídica, no existen pruebas científicas de que solo con tener agua caliente sea suficiente, lo será para eliminar las impurezas que saltan a la vista y al tacto, pero a nivel microscópico existe un mundo inmenso de organismos que conducen a enfermedades si no les ponemos barreras higiénicas. Tendremos que repasar cómo es la manera adecuada de lavarse las manos y llevarla a la práctica diaria. La clave está en el frotado.
Un equipo de investigadores estadounidenses realizó un ensayo de comparación para probar si el agua caliente es más efectiva que la fría contra los gérmenes. Para el experimento un grupo de personas se lavó las manos con agua fría, a solo 15 grados celsius, y se comparó con el resultado del lavado de manos con agua caliente, a una temperatura máxima de 38 grados celsius. Los expertos pudieron descubrir que en ambos casos las manos quedaban en las mismas condiciones higiénicas.
Los expertos de la Universidad de Rutgers-New Brunswick en Nueva Jersey, Estados Unidos, en su investigación aprovecharon la oportunidad para validar la creencia popular sobre la conveniencia del uso de agua caliente así como también las recomendaciones oficiales para la industria de alimentos, área que debería extremar las precauciones de limpieza, por lo que implica. De acuerdo con el informe que fue presentado en la revista Journal of Food Protection, el hallazgo podría contribuir a disminuir el consumo de energía de los restaurantes, ya que en Estados Unidos, por ejemplo, se sugiere a los trabajadores de esos establecimientos lavarse las manos constantemente al menos solo con agua caliente.
Para probar su hipótesis, los investigadores le solicitaron a un grupo de 20 personas que se lavaran las manos con agua 20 veces, ya fuera a 15 o a 38 grados celsius de temperatura, y además les hicieron experimentar con diferentes niveles de jabón. Antes de cada proceso de lavado, las manos de los participantes fueron impregnadas con microbios inofensivos. Finalmente los científicos pudieron asegurar que no hubo absolutamente ninguna diferencia en la cantidad de gérmenes eliminados cuando se cambió la temperatura o la cantidad de jabón que utilizaron.
Y entonces, ¿cómo hacemos? La verdad es que si la temperatura del agua no es lo más importante en el momento de lavarse las manos, ¿qué es recomendable usar si es lo mismo agua fría o caliente, y jabón?
Los expertos explican que las personas necesitan sentirse cómodas cuando se lavan las manos, pues en realidad elimina lo más perceptible, la suciedad y la grasa que podemos ver y sentir a simple vista y tacto, pero en cuanto a la efectividad, el estudio demuestra que no hace ninguna diferencia la temperatura del agua. Y por tanto admiten que se necesita seguir investigando para determinar la mejor manera de eliminar los microbios dañinos, que es en realidad lo que más importa y perjudica.
Por ejemplo, el sistema público de salud (HHS) en el Reino Unido en sus recomendaciones para el lavado perfecto de manos no hace referencia a la temperatura del agua, sin embargo sí recalcan que es importante que la duración del lavado debe ser al menos de 20 segundos, y también, por supuesto, es trascendental el uso de suficiente jabón que pueda cubrir por completo la superficie de las manos. Además, se enfocan en la necesidad de frotarse las manos de distintas maneras para que queden limpias todas sus superficies.
Estos son los 10 pasos efectivos que sugieren los expertos para conseguir lavarnos muy bien las manos y no andar por la vida desperdigando gérmenes por doquier. Primeramente, una buena lavada de manos debe durar lo mismo que cantar dos veces seguidas el “Feliz Cumpleaños”: unos 20 segundos. Hay que mojarse las manos y aplicar suficiente jabón para cubrir toda la zona; frotar las palmas, una con otra, y entrelazar los dedos; frotar cada palma sobre la parte de atrás de la otra mano con los dedos entrelazados; frotar la parte de en medio de los dedos de cada mano; frotar la parte de atrás de los dedos, y también alrededor de los pulgares; frotar las palmas con la punta de los dedos y luego enjuagar con agua, no importa si es fría o es caliente.
Posteriormente se deben secar muy bien las manos, y lo ideal es usar una toalla desechable. Y el detalle del proceso será hacerlo minuciosamente, y además, utilizar también una toalla desechable para cerrar la llave, o grifo, pues como la habremos tocado antes de lavarnos las manos, evidentemente estará contaminada de gérmenes.
