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domingo, 29 de octubre de 2017

El consumo de carne está acabando con la biodiversidad del planeta

Por Miss GD

Refire un nuevo estudio del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que el consumo de carne a nivel mundial está forzando y quebrando masivamente muchas zonas ricas en biodiversidad en la Tierra. Con los datos analizados claramente, la agencia explica que el 60 por ciento de la pérdida de la biodiversidad se basa en las múltiples dietas basadas en la carne. Las cosechas de pienso se producen en un gran número de áreas valiosas y vulnerables de la Tierra, indican los expertos y explicitan que muchas de estas regiones no están adecuadamente cubiertas por planes de conservación, y por ello tienen un alto crecimiento agrícola y algunas ya sufren de restricciones relativamente elevadas de tierra y agua.

Hay numerosas cuestiones que preocupan a la sociedad actual o al menos a esa parte que aún toma en cuenta los males que afectan a otros y que si no se toman acciones rápidas, se cobrarán cada vez más vidas. La hambruna por ejemplo, es uno de esos padecimientos actuales que se lleva a miles de personas a diari., la mayoría niños, sobre todo de países pobres. A pesar de las miles de campañas que se llevan a cabo desde Naciones Unidas para acabar con este problema que se extiende a numerosos lugares del planeta, los esfuerzos aún no son suficientes y millones de personas padecen día a día la crudeza del hambre.

Y en este mundo acosado por este tipo de problemas, la sociedad de consumo desperdicia alrededor de mil 300 millones de toneladas de alimentos a diario. Además, el total de agua utilizada para producir estos alimentos que se tiran a la basura es de 250km3, que equivale a alrededor de 3 veces el volumen del lago de Ginebra. También, el consumo y despilfarro de alimentos tiene un impacto fuerte en la naturaleza.

Refire un nuevo estudio del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que el consumo de carne a nivel mundial está forzando y quebrando masivamente muchas zonas ricas en biodiversidad en la Tierra. Con los datos analizados claramente, la agencia explica que el 60 por ciento de la pérdida de la biodiversidad se basa en las múltiples dietas basadas en la carne. Las cosechas de pienso se producen en un gran número de áreas valiosas y vulnerables de la Tierra, indican los expertos y explicitan que muchas de estas regiones no están adecuadamente cubiertas por planes de conservación, y por ello tienen un alto crecimiento agrícola y algunas ya sufren de restricciones relativamente elevadas de tierra y agua.

El aumento mundial de la demanda de carne que se ve actualmente, sobre todo en China y en los países en vías de desarrollo, por la creación de una clase media inexistente que era hasta ahora, significa que, a falta de una revolución tecnológica en el campo de la agricultura, elementos como el área y los recursos necesarios para producir estos cultivos solo aumentarán cada día más.

Como el Fondo Mundial para la Naturaleza manifiesta, los impactos de la alimentación en base a carne son tan severos que los ecosistemas del planeta no podrán soportarlo mucho más tiempo. Especies geográfica y biológicamente diversas en el mundo como el bisonte americano, el lobo guará, la grulla siberiana, además del panda gigante, el leopardo de Amur, el oso negro asiático, el tigre de Bengala y el elefante asiático, junto a miles de otras especies, están en riesgo directo y actual de perder su hábitat debido a las prácticas agrícolas de la industria cárnica.

El informe del organismo internacional también expresa que el crecimiento en la agricultura industrial intensiva junto a una mayor y creciente necesidad de proteínas y alimentos ricos en energía, ha conllevado a un impacto devastador en la naturaleza, lo que traerá daños para el mundo entero. Para contrarrestar esta gran destrucción ecológica, los autores de dicho ensayo sugieren que las personas deben consumir más verduras y granos enteros, que además deben tener una dieta más variada y a la vez que se desperdicien menos alimentos. Además se pide actualmente que se modere el consumo de carne roja y blanca y que se considere la compra de alimentos de justo comercio.

Si todo el mundo redujera la cantidad de productos de origen animal que consume hasta ingerir solo lo necesario para satisfacer las necesidades nutricionales diarias y darle fuerza al organismo, los terrenos requeridos para los animales de granja disminuirían en aproximadamente un 13 por ciento, un área equivalente al tamaño de toda la Unión Euorpea.