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lunes, 2 de octubre de 2017

El día en que el Barça ganó a estadio vacío

Por Eme

Las Palmas presentó un partido serio al Barcelona de Valverde en un día especialmente gris para Cataluña y no solo por la lluvia o porque en el Camp Nou se jugó sin público. El equipo canario quiso aprovechar la sequedad de un once blaugrana visiblemente afectado por la falta de abrigo de los aficionados en casa y por la situación política que se gestaba en el exterior.

La directiva del club Barcelona decidió a última hora que el partido entre Las Palmas y el cuadro catalán se jugaría a puertas cerradas, sin público. Primero que si por falta de seguridad debido a la inseguridad política que se vivía puertas afueras, y luego porque era una señal de protesta. El hecho es que los jugadores, sin el arrope de sus fanáticos, se vio más apagado que de costumbre, sin chispazos de genialidad.

El Barza tenía el balón ante Las Palmas, pero en la primera mitad solo un tiro libre de Lionel Messi que despejó el portero, y un cabezazo de Paulinho que se marchó con lo justo por el primer palo, fue lo único que dejó el once blaugrana. De hecho, Las Palmas, en los escasos minutos que tuvo la pelota, fue más eficiente, llevando más de tres veces a desplegarse a la defensa, que pese a los rumores, sí tuvo a Gerard Piqué entre sus filas.

El alemán Ter Stegen también tuvo que emplearse a fondo ante la llegada de los “amarillos”, más fuertes y decididos tras el gol. El Barcelona en los primeros 45 minutos, estuvo lento, sin precisión en lo que quería hacer, y llenándose de tarjetas, ya sea Busquets, Piqué o Jordi Alba. El elenco de Valverde no sabía a qué jugaba entonces.

La entrada de Iniesta y Rakitic pretendió darle una nueva cara y ritmo al partido que estaba llevando el Barça hasta ese minuto. El brazalete de capitán pasó del brazo de Messi al de Iniesta. Fue el argentino el primero que la tuvo en tiro libre, parado nuevamente por su compatriota Chichisola. Rakitic también intentó desde fuera del área, pero fue al 49, que un cabezazo de Busquets quedó al final de la malla. Sería la primera diana del medio campista culé esta temporada, el séptimo en su historia. Unos segundos después el uruguayo Luis Suárez lo tenía más claro, pero por dejarse caer en el área lo que recibió fue una tarjeta amarilla.

Al 69, Messi finalmente coronó una tarde donde se lució, e hizo méritos para marcar. Regateando al portero marcó su gol 359 con la camiseta blaugrana, el décimo de la temporada actual. Claro, el argentino quería más, el 360 y el onceno de la Liga, llegaba unos minutos después. Doblete del genio. Con el 3-0 a su favor, los culés siguieron empujando, protesta en el césped incluida, por alguien que se lanzó a pesar de que el estadio estaba cerrado. En fin se mantuvo la tradición. Las Palmas no ganan en el Camp Nou desde 1971. Nada cambió. Los canarios volvieron a perder. El líder es más líder, a pesar del estadio a solas.