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lunes, 30 de octubre de 2017

El mortal abrazo de un ciempiés a una serpiente

Por ElizabethF.

No había registros anteriores de algo semejante, si bien científicamente había evidencias de que, aunque estos animales son en su comportamiento típicamente insectívoros, los de mayor tamaño podían eventualmente atacar y comer vertebrados. Pero ver a un ciempiés, que es en definitiva el protagonista de esta historia, atacar a una serpiente mientras esta ponía sus huevos, es un hecho totalmente inesperado.

De ahí que sea comprensible la sorpresa que se llevaron un grupo de biólogos mientras trabajaban en la Reserva de la Biosfera Sakaerat, en Tailandia, cuando por vez primera, y de forma totalmente casual, descubrieron cómo un ciempiés del género Scolopendra, Scolopendra dawydoffi, la cual es una especie de grandes dimensiones, estaba atacando y teniendo un comportamiento depredador con una serpiente hembra (Sibynophis triangularis), justo en el momento mientras esta ponía sus huevos, elemento que hace más perturbador el hecho, a juzgar porque este eligió para su estocada el momento donde el reptil estaba en su punto más vulnerable.

Si hasta ahora parecía algo inaudito, ello indica que quizá las serpientes están en la dieta de los ciempiés más de lo que se pensaba. Lo cierto es que hasta ahora, al género Scolopendra se le conocía una dieta bien variada, que incluía insectos y también algunos vertebrados, y se les había podido observar en las noche, asediando nidos de ratas en busca de cazar las crías, atacando lagartijas, murciélagos e incluso aves, pero serpientes, es toda una novedad.

Por lo que pudieron observar, el equipo de biólogos opinó que este tipo de comportamiento, es en buena lid oportunista (pues atacan cuando la presa es más vulnerable), y no constituye un elemento cotidiano o básico de la dieta de estos animales, por lo cual concluyeron que el ataque de un ciempiés contra una serpiente, es bastante raro.

De igual forma, no deja de ser impresionante lo que encontraron los biólogos tailandeses al encontrar retorcido entre las hojas del bosque este ejemplar, el cual estaba envuelto a lo largo de todo el cuerpo de la serpiente. El ciempiés la había capturado ovando luego de esta haber puesto ya tres huevos y al parecer le quedaban otros dos dentro, relatan los autores en la revista Journal of Insect Behavior.

Para mantener a su víctima inmóvil, el animal se valió de una técnica espeluznante, al agarrar a la serpiente con sus patas colocadas en forma de garra, al tiempo que la había aguijoneado con sus garras venenosas, y que muy frecuentemente son confundidas con mandíbulas ya que estas se encuentran en la cabeza, y constituyen un apéndice especial transformado en arma, y que es característico solo de los ciempiés.

De acuerdo con las características de los ciempiés, los científicos señalan como algo que los distingue el hecho de que su cuerpo es en extremo móvil y sus segmentaciones son evidentes. En cada una de estas partes el ciempiés tiene un par de patas, las cuales solamente en esta especie pueden alcanzar los 10 centímetros.

No se acercaron demasiado a la escena los expertos por lo escurridizos que son, por lo que no perturbaron lo que más bien parecía un abrazo mortal. En cambio tomaron múltiples fotografías, sobre todo para identificar qué especie de ciempiés era la “oportunista verdugo”.

Lo cierto es que del episodio se desprende una conclusión. Puede que los ciempiés gigantes se alimenten de presas vertebradas con mucha mayor frecuencia de lo que presumía la ciencia. Sin dudas, estos animales lo tienen claro. La satisfacción nutricional de una serpiente o un sapo, no se compara con la de grillos y pequeños escarabajos. Así que de cuando en vez, preparan su mortal abrazo y se dan un banquete.