El primer gran asesino en serie de Estados Unidos
En otro lugar del mundo, esta vez los Estados Unidos, otro asesino se convirtió en leyenda, el conocido como doctor Holmes, un médico que se dice, construyó un castillo de los horrores y pudo asesinar a alrededor de doscientas mujeres. El misterio póstumo de este primer gran asesino en serie de Estados Unidos ha quedado resuelto por estos días. Transformó el edificio para hacer que sus pasillos fueran un gran laberinto e instaló trampas en las habitaciones, entre ellas, un dispositivo mediante el que las estancias se llenaban de un gas letal. Un equipo de forenses desenterró el cadáver de Holmes y confirmó que, efectivamente, los restos mortales son los suyos. Sin embargo, el cuerpo estaba parcialmente momificado e incluso conservaba su característico bigote, intacto.
La ciencia y la tecnología intentan cada vez más darle respuesta a esas interrogantes que llevan planteadas hace millares de años y que aún hoy en día no tienen una correcta explicación, sin embargo, hay sucesos escalofriantes que abundan en la historia de la humanidad en todos los tiempos, muchos aún sin una correcta explicación que pueda parar los mitos y leyendas que estos hechos han suscitado. Filmes, documentales, serie de TV, libros y millares de historias de ficción se han inspirado a través de los tiempos en esos misteriosos sucesos y personajes que han asombrado o quizás es mejor decir, atemorizado a la sociedad de la época y también a la actual que todavía no ve una próxima solución a los misterios.
La pura verdad es que la mayoría de estos sucesos espeluznantes que han quedado regitrados son hoy objetos de ficción desde hace muchos años y material habitual de producciones de televisión que los utilizan como parte de la trama de sus historias fantásticas. Este hecho es producto de que nunca se les pudo dar una explicación científica comprobada y pausible lo que dio pie al surgimiento de miles de relatos de misterio. Uno de los ejemplos más factibles son los asesinatos de mujeres que asolaron Inglaterra y que se decía, eran perpetrados por un personaje conocido como Jack el Destripados, del cual nunca se conoció su verdadera identidad. Este personaje se convirtió en un mito de terror en todo el mundo, pues nunca se supo ni la más mínima pista aunque sí hubo muchísimos sospechosos.
En otro lugar del mundo, esta vez los Estados Unidos, otro asesino se convirtió en leyenda, el conocido como doctor Holmes, un médico que se dice, construyó un castillo de los horrores y pudo asesinar a alrededor de doscientas mujeres. El misterio póstumo de este primer gran asesino en serie de Estados Unidos ha quedado resuelto por estos días.
A finales del siglo XIX, los ciudadanos que habitaban esta nación no estaban tan habituados como hoy en día a la existencia de asesinos en serie ni a los horrores que estos provocaban en la sociedad. Por eso, causó una horrible conmoción en Estados Unidos el descubrimiento de los terribles crímenes del doctor Holmes, un complicado personaje que aunque quizás no fue el primer asesino en serie de la historia de este país, sí fue el primero que alcanzó gran notoriedad por sus terribles asesinatos.
El auténtico nombre de este temido asesino era Henry Webster Mudget, aunque después se lo cambió por el de Henry Howard Holmes. Con una existencia bastante usual, Holmes cursó estudios de medicina en la Universidad y, en 1890, se convirtió en el amante de una rica viuda, propietaria de una farmacia. La historia indica que Holmes se apoderó de su dinero y sus bienes y, luego, logró que ella desapareciera para siempre. Con el dinero obtenido compró un viejo hotel con apariencia de castillo medieval, y ese fue el que convirtió en una auténtica casa de los horrores.
Transformó el edificio para hacer que sus pasillos fueran un gran laberinto e instaló trampas en las habitaciones, entre ellas, un dispositivo mediante el que las estancias se llenaban de un gas letal. Abrió luego un establecimiento para señoritas solteras, a las que usualmente asesinaba asfixiándolas con el gas, para robarles su dinero. Después, llevaba los cadáveres al sótano, y los disolvía en ácido.
Sus muchos asesinatos fueron descubiertos en 1893, y Holmes fue condenado a la horca. Se probó que era el autor de alrededor de veintiún muertes, aunque algunas fuentes actuales refieren que la cifra de víctimas podría rondar las doscientas mujeres. Durante más de cien años los horrores de este personaje llevaron a creer que Holmes no había muerto realmente en el patíbulo, y que habría logrado fugarse antes de la ejecución.
Por ello, un equipo de forenses desenterró el cadáver de Holmes y confirmó que, efectivamente, los restos mortales son los suyos. Sin embargo, el cuerpo estaba parcialmente momificado e incluso conservaba su característico bigote, intacto.
