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lunes, 23 de octubre de 2017

Fernando Alonso y McLaren, un matrimonio con final conocido

Por Miguel

Fernando Alonso sabe que su matrimonio con McLaren está condenado al fracaso, entendido este como la imposibilidad de conquistar un nuevo título mundial en una Fórmula 1 muy competitiva, en la que Mercedes, Ferrari y RedBull llevan la iniciativa .Pero, a pesar de esto, el español decidió prolongar un año más su permanencia en esa escudería, por supuesto, por un contrato mejor que el anterior, aunque todavía la cantidad de millones no se haya dado a conocer. Es como una relación en la que las dos partes conocen el final, sin embargo, tratan, por todos los medios, de demorar la llegada del momento inevitable. Alonso, en realidad, tenía pocas opciones, al igual que McLaren.

El dos veces titular de la F1 había dejado entrever que el retiro era una posibilidad, como también lo era probar suerte en otra categoría. Mientras las otras escuderías principales aseguraban la permanencia de sus pilotos por períodos superiores, Alonso dudaba y con razón en mantener su vínculo. Los McLaren, con los motores Honda, fueron un rotundo fracaso. Probaron por tres años y nada. Probablemente el cambio a los Renault para la próxima temporada terminó por convencer a Alonso de que, en 2018, tal vez tenga un poco más de opciones, pero no es un secreto que el McLaren está muy distante de lo que muestran los otros constructores que se disputan el campeonato. Por tanto, Alonso sabe que el nuevo “acuerdo matrimonial” lo mantendrá compitiendo al máximo nivel, que su cuenta bancaria continuará creciendo, pero difícilmente regresen los podios y, menos, las victorias.

La temporada 2017 ha sido un desastre para Alonso. No precisamente porque hayan disminuido sus habilidades ante el volante, sino porque el auto raras veces lo ha dejado terminar las carreras. Apenas 10 puntos y el lugar 16 en la clasificación general de pilotos indican que nada ha funcionado con el McLaren. Un doble campeón mundial, con 32 victorias en la F1, que constituye la sexta mayor cantidad en la historia, no debería caer tan bajo.

Alonso debutó en la Fórmula 1 en 2000 cuando condujo a un Minardi. Después de un año como piloto de pruebas, convenció a Renault que lo colocó en la parrilla en 2003. Esa campaña subió a lo más alto del podio por primera vez en su historia, en el Gran Premio de Hungría. Dos años más tarde llegó la consagración en la F1 y, en 2006, retuvo el título. Entonces vino el cambio, en 2007, hacia McLaren. Esa primera instancia en la escudería inglesa se recordará siempre por los encontronazos con un impulsivo piloto que comenzaba a dar sus primeras vueltas en la F1 y que hoy es casi tetracampeón mundial: Lewis Hamilton.

En McLaren, Alonso solo estuvo un año y en 2008 y 2009 corrió con Renault, hasta que firmó un gran contrato con Ferrari a partir de 2010. Los fanáticos italianos esperaban un nuevo título del español, pero, tras cinco años de intentos, en los que la corona estuvo cerca en ocasiones, sin embargo, nunca llegó a concretarse, vino la separación. En 2015, Alonso retornó a McLaren…y cuando parecía que volvería a producirse el divorcio, llegó la reconciliación. Alonso dice que lo convenció el proyecto del equipo de Woking, con el nuevo motor y transformaciones en el chasis que, explicó el español, le permitirán ser competitivo de nuevo. Veremos si esto realmente sucede.

El nuevo contrato de Alonso elimina la opción de que vuelva a correr, como sucedió esta temporada, en la Indy 500, aunque quedó abierta la puerta para que el español lo intente en las 24 Horas de Le Mans, ya que esta competición no coincidirá con el calendario de la F1 en 2018.

Al asegurar que estaría al menos un año más en McLaren, Alonso expresó que su corazón le había dicho que se quedara. Quizás hubiera sido preferible seguir más la fría y calculadora mente, antes que el corazón. Sería muy lamentable que un hombre con dos coronas mundiales de la F1 volviera a verse, el año próximo, en el fondo de la tabla de posiciones.