Filipinas anuncia que ha descabezado al ISIS en su territorio
Las últimas noticias que provienen de Filipinas las ha dado su propio mandatario, Rodrigo Duterte, y tienen que ver con la muerte de uno de los principales financiadores del Abu Sayyaf, un movimiento separatista y yihadista cuyo escenario de operaciones se encuentra en el sur del país asiático, sobre todo en las islas de Joló, Basilán y Mindanao. La muerte del malasio Mahmud Ahmad, un profesor universitario que se perfilaba como sucesor de Isnilon Hapilon, líder de Abu Sayyaf y emir del Estado Islámico en Filipinas, quien también murió el martes pasado, han hecho a Duterte afirmar que en su país se ha producido el descabezamiento de los grupos afines al Estado Islámico.
El mandatario aprovechó una conferencia en Manila para hacer pública la noticia. "Ahora el tercero, al que llamaban 'profesor' -había tres, Hapilon, Omar y el profesor- ha caído esta tarde, lo que completa la historia”. La muerte de Ahmad constituía el último escollo que separaba al Ejército filipino de lograr la reconquista de la ciudad de Marawi, en manos yihadistas en el pasado mes de mayo en un intento por ampliar el califato del Estado Islámico hasta el Pacífico. Ahmad venía siendo el último líder insurgente vivo tras meses de asalto militar a este territorio, y perdió la vida este jueves durante un enfrentamiento armado donde también murieron 13 yihadistas.
Luego de ocurridos estos acontecimientos, el presidente Duterte, quien desde que llegó al poder inició en todo el territorio nacional una violenta campaña contra el narcotráfico, viajó a Marawi para motivar a las tropas filipinas y dar por "liberada de terroristas" la ciudad. Sin embargo, a veces la realidad no es así como la pintan, ya que la presencia de bolsones de resistencia todavía perpetúa los enfrentamientos en el paisaje urbano. Paralelamente al discurso del mandatario, el Ejército reconocía la existencia de más militantes de los que se estimaba en la última zona por caer en manos oficiales y evaluaba en 30 los insurgentes que aún dan batalla.
En Mindanao está la principal minoría musulmana de Filipinas, de mayoría cristiana. Es el principal escenario de guerra urbana que las fuerzas del Ejército se han visto obligadas a afrontar en su historia más reciente. En estas operaciones han recibido el apoyo de otros países como Estados Unidos y Australia. Tras la caída de Mosul y Raqqa, la caída de Marawi representa el último varapalo a una organización extremista que contaba con su retaguardia en el Sureste Asiático para conservar algún vestigio de poder si caía su califato concentrado de Oriente Próximo.
