Galicia se quema ante la esperanza de lluvia
Tres personas han perdido la vida en la jornada de este domingo debido a las llamas que azotan Galicia desde el pasado viernes. Las altas temperaturas y la falta de lluvia han ayudado a las llamas que ya cercan la ciudad de Vigo y donde ya se ha pedido a los vecinos que abandonen sus casas. Hasta 146 incendios han azotado Galicia desde el viernes y 105 de ellos todavía permanecen activos. El despido de 436 operarios tras finalizar la temporada de verano ha dificultado las labores de extinción del fuego que desde la Consellería del Medio Rural se afirma que ha sido provocado.
Según anuncian los pronósticos meteorológicos, parece que este lunes habrá tregua en Galicia. Desde el viernes, la comunidad gallega vive sumida en un auténtico infierno que, por el momento, se ha cobrado la vida de tres personas. Los 146 incendios que azotan la región desde el viernes permanecen activos en 105 lugares y, entre ellos, 15 amenazan núcleos urbanos. Así ha ocurrido en Pontevedra donde dos personas han fallecido calcinadas al quedarse atrapadas en el vehículo en el que viajaban. Un vecino de 78 años de Carballeda de Avia (Ourense) ha sido la tercera víctima mortal de estas llamas que, rápidamente, han llegado hasta la ciudad más poblada de Galicia, Vigo. Desde allí, el mismo Ayuntamiento ha pedido a sus habitantes que se trasladen al casco urbano y abandonen sus casas por el miedo a que las llamas las alcancen.
“Los incendiarios están bordeando el homicidio”, ha declarado el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Y es que las altas temperaturas vividas en estos días junto con la disminución de efectivos han provocado que las labores de extinción del fuego se compliquen. El Gobierno gallego cuenta con hasta 436 operarios menos que en la temporada de verano y, por ello, ha centrado sus esfuerzos en las zonas de más riesgo para la población entre las que se encuentra el sur de la provincia de Pontevedra con viviendas donde las llamas cada vez están más cerca. 350 brigadas, 220 motobombas y una veintena de medios aéreos, además de 160 miembros de la Unidad Militar de Emergencias, luchan contra el infierno de las llamas.
Un incendio que se cree ha sido originado por las manos del hombre. Desde la Consellería del Medio Rural se habla de una “clara intencionalidad” en el comienzo de las llamas que ya se han cobrado la vida de tres personas. Un fuego que ya en el mediodía del domingo había arrasado más de cuatro mil hectáreas ayudado por el fuerte viento que trae consigo la llegada por el Atlántico del huracán Ophelia. Algo que también beneficiará las labores de extinción pues Ophelia significará la llegada de fuertes chubascos a la zona y la caída de las temperaturas en más de diez grados.
