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viernes, 20 de octubre de 2017

La Al autodidacta se corona maestra del ajedrez oriental

Por Darío E.

Un algoritmo creado por investigadores de la corporación tecnológica, Google, podría prescindir del conocimiento humano en sus operaciones, llegando a reconocer que este puede ser un lastre. Se trata de una versión mejorada del programa AlphaGo, cuya área de acción es el conocido ajedrez oriental, Go, y es capaz de derrotar a los campeones mundiales, desnudando secretos de la mente humana. Esta actualización va un paso más allá, según afirman sus creadores de la división Google Deep Mind, y aunque aparentemente solo se enfoca en un tradicional juego de mesa, podría ayudar a resolver complejos problemas de la vida real.

¿Pero cuál es la novedad de esta Inteligencia artificial jugadora de Go? En resumen es una máquina que se enseña a sí misma sin utilizar ejemplos de partidas reales ni intervención humana…hasta volverse invencible; a diferencia del programa original y todas sus versiones posteriores, que antes de comenzar a competir consigo mismo debió estudiar millones de jugadas reales realizadas entre humanos. Como añadido ha logrado esta “proeza tecnológica” en tiempo récord y consumiendo una cantidad mínima de recursos informáticos.

AlphaGo Zero, así se llama el novedoso prototipo, es un algoritmo que se apoya en una red neuronal basada en el aprendizaje por esfuerzo, e ilustra una situación tipo en la que la inteligencia artificial no cuenta con la información suficiente o conocimientos previos para guiar a la máquina hacia una solución óptima. El aprendizaje por esfuerzo puro es completamente factible, defienden los investigadores de Google Deep Mind, quienes se han propuesto demostrar que es posible entrenar a un nivel sobrehumano, sin ejemplos humanos ni orientación, solo facilitándole las reglas básicas de determinado campo. Utilizando videojuegos clásicos, DeepMind ya había logrado que las máquinas aprendieran solas a ganar. Sin embargo, las infinitas posibilidades de juego en el tablero del Go lo convierte en mejor prueba que una lucha de marcianos virtuales.

En el artículo publicado en la revista científica Nature por sus creadores, estos dejan claro hacia dónde se orientan las investigaciones futuras relacionas con la inteligencia artificial: La idea no es ya superar a los humanos, sino llegar a donde ellos no pueden, pues llegado un punto, su sistema de conocimientos y aprendizaje deja de ser un referente para convertirse en un lastre a la hora de lograr mayores niveles de efectividad.

Este tipo de noticias muchas veces nos traslada a un argumento de película futurista, pues en efecto, la inteligencia artificial, su demonización o defensa a ultranza como símbolo de progreso tecnológico, ha sido motivo de decenas de obras en el cine y la literatura. Su enfoque, generalmente catastrófico, revela quizás la preocupación de la sociedad por los futuros usos de una tecnología que busca optimizar cada vez más la autonomía de las máquinas.

En el caso del equipo de DeepMind, por lo pronto pretende extender su programa autodidacta jugador de ajedrez, a otros campos de la investigación, pues reconocen que en el Go un algoritmo con las potencialidades de AlphaGo Zero se encuentra subutilizado. Valdría recordar en este contexto la Ley de Amara, propuesta por el científico Roy Amara: "Tendemos a sobrestimar el efecto de una tecnología a corto plazo y subestimar su efecto en el largo plazo". Como potenciales usuarios de una tecnología en constante evolución, de la que aún no conocemos todo su alcance y posibles usos, riesgos y beneficios, bien vale la pena mantenernos informados.