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domingo, 29 de octubre de 2017

La Tercera Guerra Mundial podría estar más cerca de lo pensado

Por Jank

El centro de análisis norteamericano conocido como RAND (Research and Development, Investigación y Desarrollo, en su traducción al español) Corporation, ubicado en la ciudad de California, consideró que la propagación indiscriminada de los llamados misiles hipersónicos, puede ser una amenaza severa, capaz de dar paso a conflictos bélicos de gran magnitud, entre ellos, la Tercera Guerra Mundial. Estos misiles, destaca un informe publicado por la organización, están capacitados para alcanzar velocidades superiores a los cinco mil kilómetros por hora, lo cual los hace casi imposibles de detectar por los actuales sistemas de defensa antiaéreos, pues estos no son capaces de reaccionar a tiempo ante ellos.

La potencia del impacto de estos misiles está, igualmente, muy por encima de lo habitual, puesto que su formidable velocidad hace que su capacidad para destruir sea mucho mayor. Según una información publicada por la revista rusa Sputnik, los misiles hipersónicos están siendo desarrollados fundamentalmente por Estados Unidos, China y Rusia, países a los cuales la RAND Corporation está instando a rubricar un convenio que establezca la no proliferación de esta clase de armas, que –asevera Sputnik– podrían propagarse por todo el mundo en un periodo inferior a los diez años, teniendo en cuenta que, hasta el momento, naciones como Japón, Australia, la India, y algunos países de Europa, han mostrado interés en el desarrollo de este armamento. Mientras, el jefe de operaciones nucleares del Reino Unido, comodoro Paul Burke, expresó recientemente que el país británico monitorea muy de cerca el proceso de desarrollo de estas armas hipersónicas en Rusia, debido a que no cuenta, hasta el momento, con las suficientes capacidades para crear su propio armamento de esta clase. “Por supuesto que analizamos lo que están haciendo los rusos, e intentamos responder a ello a través de pautas diplomáticas y universales”, manifestó Burke, durante un simposio del Comando Estratégico de las Fuerzas Armadas norteamericanas, efectuado en Nebraska.

Por su parte, el mandatario de la nación euroasiática, Vladímir Putin, firmó en julio pasado un decreto sobre los principios de la política nacional en el entorno marítimo hasta el año 2030, el cual deja entrever que misiles hipersónicos y sistemas robóticos entrarán en servicio en la Armada de Rusia, para fines diversos, a partir del año 2025. Mientras, el viceministro ruso de Defensa, Yuri Borísov, reveló en mayo último que una de las directrices cardinales del nuevo programa estatal de armas, que comprende los años entre el 2018 y el 2025, será el impulso de las armas hipersónicas. Igualmente, insistió en la importancia del perfeccionamiento de drones para el reconocimiento y la ofensiva, además de armamentos basados en nuevos principios físicos.

La gran potencia norteamericana ha decidido no quedarse atrás en estos temas, y ha acelerado considerablemente sus investigaciones relacionadas con el desarrollo de estas armas. En ese sentido, el general Lee Goldfein, jefe del Estado Mayor e la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF), manifestó en mayo pasado que su país pretendía romper con los límites científicos en cada área, pues “nuestros enemigos no se han quedado con las manos cruzadas, sino que están buscando cualquier superioridad que puedan tener”. Asimismo, el doctor Greg Zacharias, jefe científico de la USAF, opinó que Rusia y China son una amenaza para la superioridad militar de Estados Unidos, por lo cual su país debía acrecentar sus faenas investigativas sobre nuevos sistemas de armas.

Mientras, en junio último, China hizo público el desarrollo de “una nueva tecnología de propulsión de misiles aéreos”, con la cual pretende fabricar proyectiles capaces de impactar contra objetivos emplazados a más de 300 kilómetros, y que alcanzarán velocidades hasta cinco veces por encima de la velocidad del sonido: misiles hipersónicos. Los expertos de la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China, señalaron que se encontraban trabajando en estas labores desde el año 2000, al tiempo que informaron sobre la exitosa ejecución de ocho pruebas de un nuevo tipo de estatorreactor, que funciona con combustible sólido, y cuya construcción había sido concluida en el mes anterior. Este nuevo sistema abre las puertas a China para un futuro perfeccionamiento de tecnologías relacionadas con la creación de armas supersónicas, las cuales tienen entre sus ventajas un menor costo de producción, una mayor fortaleza, una gran maniobrabilidad y una estructura más compacta, lo cual acrecentará marcadamente su rango de combate y los niveles de movilidad de sus misiles antiaéreos y antibuques.