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domingo, 22 de octubre de 2017

Las tortugas de Floreana regresan a la vida

Por Elizabeth Almeida

Los registros muestran que los numerosos balleneros y los piratas que llegaban a las costas de la isla buscando refugio tiraron muchas tortugas Floreanas en la llamada bahía de Banks para así intentar aligerar su carga. Las tortugas se mezclaron de manera efectiva con las numerosas especies nativas para producir los antepasados de los animales que hoy en día habitan esa zona. Adalgisa Caccone, autora del estudio, explica que la ironía es que esta especie tiene una segunda oportunidad en la tierra por la misma razón por la que se murieron: por la actuación de los marinos de hace 200 años.

Ver como disminuye la biodiversidad en el planeta a medida que crece proporcionalmente el inmenso número de especies extintas es verdaderamente desolador. Pero el avance de la ciencia no pretende solo poner freno a esa masacre indiscriminada, sino también recuperar a aquellas especies animales que ya no existen entre nosotros.

Un prestigioso equipo de investigadores internacionales dirigidos por varios científicos de la Universidad de Yale se encuentran enfrascados en traer de vuelta a la Tierra a un animal ya extinto: la tortuga Floreana o Chelonoidis elephantopus, una de las cuatro tortugas gigantes que se ha declarado desaparecidas. Ese animal era natural de la isla con el mismo nombre, que se ubica a unos 900 kilómetros de la costa pacífica del Ecuador.

Chales Darwin visitó esa isla en el año 1835 y se permitió estudiar y describir a la especie. Poco después, esos reptiles se extinguieron, la mayoría perseguidos por su carne. Otros murieron como resultado de las agresiones de especies foráneas, como los gatos y ratas, llevados a la isla por los propios humanos que arribaban en sus barcos.

Este retorno será posible gracias a que las famosas Islas Galápagos son el hogar de unas especies de tortugas gigantes con una ascendencia muy parecida a la Floreana, algo que hay que reconocer a los marineros de la época.

Los registros muestran que los numerosos balleneros y los piratas que llegaban a las costas de la isla buscando refugio tiraron muchas tortugas Floreanas en la llamada bahía de Banks para así intentar aligerar su carga. Las tortugas se mezclaron de manera efectiva con las numerosas especies nativas para producir los antepasados de los animales que hoy en día habitan esa zona. Adalgisa Caccone, autora del estudio, explica que la ironía es que esta especie tiene una segunda oportunidad en la tierra por la misma razón por la que se murieron: por la actuación de los marinos de hace 200 años.

Los investigadores publicaron en Nature que se han encontrado suficientes tortugas con ADN similar para poder comenzar un programa de cría. Hasta el momento ya han seleccionado unas 32 tortugas, de las cuales destacan dos de ellas, que según las investigaciones realizadas con anterioridad podrían considerarse casi como purasangres, hecho que demostraría que la tortuga Floreana no está del todo extinta.

Sobre la base de los resultados preliminares obtenidos en el estudio, para el programa de reproducción que iniciarán las autoridades ambientales, se establecieron unos cuatro grupos reproductores de tortugas. Cada uno de ellos cuenta con tres hembras y un macho, que en unos cinco años, aproximadamente, permitirá contar con varios individuos listos para ser liberados en la isla Floreana, para cumplir su rol de herbívoro principal de ese ecosistema.

Por muy excitante que les pueda sonar a muchos, se necesitará el paso de varias generaciones de estos animales para que el experimento funcione, pues como comenta la misma experta, es mucho más sencillo destruir que restaurar, así que a pesar de que tarde un tiempo, es por un inmenso bien.

Las islas Galápagos, en Ecuador son hoy una reserva protegida, declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad y tenida como uno de los paraísos naturales para la observación de fauna. Galápagos es conocido principalmente por sus numerosas especies endémicas y por los reconocidos estudios de Charles Darwin que le llevaron a establecer su famosa teoría de la evolución por la selección natural. Son llamadas, turísticamente, las Islas Encantadas, nombre que se ganó el archipiélago en el siglo XVI por su gran biodiversidad de flora y fauna.

Se estima que la formación de la primera isla ocurrió hace más de cinco millones de años​ como resultado de la actividad tectónica principalmente. Las islas más recientes, que fueron llamadas Isabela y Fernandina, se encuentran todavía en proceso de formación, habiéndose registrado la erupción volcánica más reciente en el año 2009.