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sábado, 21 de octubre de 2017

Los piojos, pediculosis en las aulas

Por Janet Rios

Entender el problema de la pediculosis pasa necesariamente por saber algo más sobre estos pequeños “bichitos” de apenas 2 mm. Los piojos de la cabeza son insectos pero no tienen alas ni pueden saltar, se alimentan de sangre y viven exclusivamente en el cabello humano. Su ciclo de vida es corto, apenas un mes, pasando por tres etapas: liendre, ninfa y adulto, periodo en el que las hembras ponen 4 a 8 huevos/día, sobre el pelo, a 1 o 2 mm del cuero cabelludo. El principal síntoma de la pediculosis son picores y pequeñas lesiones rojizas, el contagio ocurre fundamentalmente por contacto directo “cabeza con cabeza” o por compartir bufandas, gorras, peines, etc. De ahí que sea la población escolar la más susceptible, aunque pueden afectar a personas de cualquier edad.

La mejor prevención es revisar a menudo la cabeza de los niños con una lendrera (peine de púas estrechas) así podremos apreciar si hay o no piojos y, en caso afirmativo, afrontar el problema con rapidez. Y, por supuesto, es fundamental utilizar también un repelente para prevenir el contagio cuando en el entorno más próximo (escuela, casa) se detecta la plaga.

La solución pasa por un tratamiento eficaz. Si descubrimos piojos o liendres lo ideal es hacer un tratamiento completo para garantizar una mayor eficacia. Las sustancias pediculicidas se clasifican por químicas o físicas, según su mecanismo de acción, veamos ambas opciones.

Las piretrinas son unas sustancias naturales que se obtienen de extractos de flores, en España se utilizan las denominadas sintéticas opiretroides, especialmente la permetrina, su aplicación es absorbida rápidamente a través de la cutícula del insecto, provocando su pa-rálisis y muerte. La permetrina al 1%es el activo pediculicida de primera elección según la OrganizaciónMundial de la Salud (OMS), habiendo demostrado una gran eficacia (cercana al 100%) y mínima toxicidad. En una concentración del 1,5% garantiza máxima eficacia antipiojos y liendres con una gran seguridad.

Todos los pediculicidas son más activos frente a las formas adultas que frente a los huevos de parásitos (menor capacidad ovicida). Y dado que ningún producto alcanza el 100%de actividad ovicida, se recomienda repetir el tratamiento a los 7-10 días.

Los más populares son los productos a base de siliconas. Las formulaciones generalmente incluyen una silicona no volátil activa(dimeticona 4%) vehiculizada en una silicona volátil que se evapora tras su aplicación, dejando sólo la silicona activa. Su aplicación tiene una doble acción pediculicida: paraliza y asfixia a los piojos provocándoles un colapso intestinal que les ocasiona la muerte (el componente activo encapsula totalmente al parásito, bloquea sus espiráculos y, por efecto osmótico, deshidrata y colapsa sus órganos vitales). En la actualidad también se comercializa en la farmacia un pediculicida específico para las pieles atópicas. Se recomienda utilizar un bálsamo capilar de efecto antiadherente para liberar liendres y piojos depositados en el cabello y así retirarlos fácilmente con la ayuda de una lendrera.

Los repelentes de piojos ayudan a evitar la formación de “epidemias” en entornos de riesgo. También es recomendable su uso después del tratamiento de la pediculosis en población con riesgo de reinfestación. Siempre es importante comprobar antes de la aplicación que el niño no tiene piojos. Su componente activo, IR 3535 es un repelente de insectos con mecanismo de acción no tóxico, que ha demostrado alta seguridad para su aplicación en niños.

Una nueva alternativa natural y de uso diario para aquellos que así la prefieran combina, en forma de champú o spray desenredante, las propiedades del aceite de árbol de té y el vinagre de quassia amara, utilizados tradicionalmente paramantener alejados a los piojos, con la queratina, que ejerce una acción acondicionadora capilar ya que al cerrar las cutículas proporciona más brillo al cabello y ayuda a reconstituir el cabello seco o dañado.

Aunque cada vez hay más información, y con ello menos estigmatización y falsas creencias, todavía se mantiene el rubor ante el contagio por piojos, porque se sigue asociando a la falta de higiene. Lo cierto es que esta es de esas falsas creencias que nada tienen que ver con la realidad, pues la higiene no nos mantiene a salvo. Los piojos se transmiten por el mero contacto del pelo, que permite al insecto cambiar de huésped. Por eso es más frecuente el contagio entre los niños, más proclives al contacto de sus cabezas cuando juegan, por ejemplo. Y el ámbito escolar es idóneo para ello, aunque no el único. Cualquier lugar que congregue a niños facilitará la transmisión.

Se está completamente seguro que la forma más común de propagación es a través del contacto de las cabezas. Aunque se especula que también puede suceder por el uso de algunas prendas y tejidos, pero con mucha menor incidencia ya que el piojo solo puede sobrevivir fuera de lacabeza humana 24 horas.