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domingo, 1 de octubre de 2017

Los vampiros, una realidad bastante común

Por Miss GD

Las personas con EPP son descritas como crónicamente anémicas, lo que las hace sentir muy cansadas y se ven igualmente muy pálidas porque no pueden recibir la luz del Sol, indica Barry Paw, experto del Boston Children’s Hospital. Paw refiere que incluso en un día nublado, hay suficiente luz ultravioleta para causarles a los afectados ampollas y causarle daños extremos en orejas y nariz. Hoy todavía existe este tipo de padecimiento y se aconseja que el paciente se quede en interior durante las horas diurnas, además de que se le prescriben transfusiones de sangre con bastantes niveles de hemoglobina para mantenerlos.

Vampiro, personaje sobrenatural de pesadilla que ha estado siempre en millares de relatos de ficción clásicos, tan habitual que al oír la palabra, toda persona lo asocia rápidamente con colmillos filosos sedientos de sangre y demonios provenientes del inframundo que poseen una velocidad antinatural, que beben sangre humana para sobrevivir, que no se reflejan en espejos y no pueden tolerar la luz del sol. Son personajes protagónicos de obras clásicas del cine y la literatura de terror como Drácula, uno de los vampiros más famosos y conocidos en todo el mundo, inspirado en el conde rumano Vlad el Empalador y cuya historia escrita por Abraham Stoker aún hoy sigue siendo una de las más reconocidas en todo el mundo. Otros también reyes de los relatos más terroríficos son la condesa Elizabeth, de quien se decía, bebía la sangre de vírgenes para mantenerse siempre joven y el príncipe Mircea, famoso por su crueldad.

Además, actualmente son muchas las personas que se han dedicado a anlizar estas leyendas y folklore y que también ha escrito obras sumamente populares que han tenido a estos montruos como protagonistas dígase de la escritora Anne Rice con su serie Crónicas Vampíricas, llevada al cine con mucho éxito y Christine Feehan con varios relatos catalogados como Cárpatos. Por supuesto, debido al ímpetu que ha alcanzado una gradual humanización de este tipo de criaturas de leyenda actualmente, también han surgido otros relatos gustados por muchos jóvenes que ya no ubican a los vampiros como monstruos del averno, sino como criaturas diferentes que también poseen emociones y sentimientos como los humanos. A partir de ello surgen series actuales como Crepúsculo, de Stephanie Meyer, también llevada al cine y Diario de un Vampiro, de L.J Smith.

Pero basándonos en los orígenes de este mito vemos que la palabra vampiro apareció por primera vez en el idioma inglés a mediados del siglo XVIII, pero aunque no tuviera un término que lo clasificara, los orígenes de estas criaturas se remontan mucho más allá hacia el folklore griego antiguo y a la Mesopotamia , en cuyas obras se pueden encontrar las primeras referencias a estos personajes demoníacos. Entre estos ejemplos encontramos el Piuchén, reflejado en la cultura chilena, el Jiangshi de la cultura china o el Baobhan Sith de la escocesa.

Aunque la criatura como tal es pura leyenda y obviamente, ficción, una de las cosas que se ha relacionado con el vampirismo a trvés de los tiempos es un trastorno sanguíneo llamado protoporfiria eritropoiética EPP, que es el tercer tipo más común de porfiria que puede darse en la edad adulta y el primero durante la infancia. Las personas que lo padecen se enfrentan al hecho de que sus nutrientes son extremadamente sensibles a la luz, lo que hace que la piel les arda y se llene de ampollas cuando son expuestos a la luz solar.

Las personas con EPP son descritas como crónicamente anémicas, lo que las hace sentir muy cansadas y se ven igualmente muy pálidas porque no pueden recibir la luz del Sol, indica Barry Paw, experto del Boston Children’s Hospital y refiere que incluso en un día nublado, hay suficiente luz ultravioleta para causarles a los afectados ampollas y causarle daños extremos en orejas y nariz.

Hoy todavía existe este tipo de padecimiento y se aconseja que el paciente se quede en interior durante las horas diurnas, además de que se le prescriben transfusiones de sangre con bastantes niveles de hemoglobina para manternerlos. Pero en tiempos antiguos, cuando esta técnica no existía, los afectados podrían haberse alimentado de sangre animal y solo salir por la noche, por lo que así pudo surgir esta leyenda que la mayoría de las personas hoy conoce.

Ahora, en un estudio reciente publicado en el Proceedings of the National Academy of Science, los investigadores informan de una recién conocida mutación genética que es responsable de la EPP, lo que indica que hay un mecanismo biológico tras el popular mito de los vampiros.