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viernes, 13 de octubre de 2017

Nuestros antepasados huyeron de África por el clima

Por Yamy

Si partimos de la hipótesis de que nuestra especie surgió en el continente africano podemos asimilar los resultados de una nueva investigación paleoclimática que demuestra que hace unos 70 000 años sucedió un fenómeno natural que provocó que el clima en el cuerno de África cambiara de una fase húmeda llamada “Sáhara Verde”, a unas condiciones más secas, incluso, que las actuales. Esa situación estimuló la primera migración de aquellos primeros humanos, y durante años empezaron a trasladarse hacia zonas en las que pudieron adaptarse y subsistir. Nuestros antepasados se vieron obligados a marcharse del continente porque el ambiente estaba sufriendo un evidente deterioro.

Anteriormente, Jessica Tierney y sus colegas habían revelado cómo era el clima en el cuerno de África hace unos 40 000 años a través de estudios de los sedimentos marinos. El equipo esperaba utilizar los mismos métodos para reconstruir el clima de la región entre hace 55 000 y 70 000 años, cuando nuestros antepasados ​​abandonaron el continente africano.

El primer desafío para los investigadores fue encontrar sedimentos tan antiguos como esperaban, y lograron hallar un núcleo de sedimentos extraído en el cuerno de África en 1965, y que se encontraba en el Depósito Central de Sedimentos de Lamont-Doherthy, donde se guardan muestras de todo el mundo. Gracias a ello pudieron descubrir una muestra con sedimentos de hasta 200 000 años de antigüedad, y analizar los registros de temperatura y también de lluvia a través de la materia orgánica preservada en las capas de sedimentos.

Los encargados de la investigación han estudiado cómo se comportó el clima del cuerno de África durante 200 000 años atrás, y para ello analizaron los sedimentos oceánicos del extremo occidental del Golfo de Adén. De acuerdo con la líder del estudio, Jessica Tierney, anteriormente no existía un registro del clima de esa zona africana, y por tanto afirma que los datos recopilados demuestran que la migración de África hacia Europa se produjo después de que aconteciera un gran cambio ambiental. Además, refiere la posibilidad de que la

El estudio genético de la especie humana indica que una de las grandes oleadas de migración de nuestros ancestros hacia los continentes Europa y Asia se produjo durante un período extenso, entre hace 70 000 y 55 000 años atrás. Hasta la actualidad las investigaciones anteriores sugerían que por esa época el clima en la región estaba caracterizado por unas condiciones de mayor humedad, y más halagüeñas. Sin embargo, ahora la especialista Jessica Tierney y sus colegas han descubierto que hace alrededor de 70 000 años, la situación climatológica en el cuerno de África cambió de fase, es decir, pasó de una húmeda llamada “Sáhara Verde” hacía unas condiciones de sequía más agudas que las que podemos encontrar por nuestros días. Las conclusiones apuntan, además, a que la región también se hizo más fría, lo cual obligó el desplazamiento de nuestros antecesores que no estaban preparados para enfrentar temperaturas gélidas.

La profesora asociada de geociencias de la Universidad de Arizona, en Estados Unidos, y autora principal del estudio “A climatic context for the out-of-Africa migration”, Jessica Tierney, señala que siempre ha existido la interrogante sobre porqué los primeros seres humanos abandonaron el continente de África, y en ese sentido, el clima ha sido un factor muy importante a tener en cuenta en las distintas hipótesis manejadas. Para poder construir un registro de la temperatura a largo plazo para el cuerno de África, los investigadores debieron analizar las llamadas alquenonas: una sustancia química producida por un tipo particular de algas marinas cuya composición es dependiente de la temperatura del agua.

La distinta proporción de alquenonas en sus diferentes formas químicas proporcionaron a los científicos una relación directa de la temperatura del mar en aquellos momentos. Estos datos sirvieron para inferir las temperaturas regionales. Para averiguar los antiguos patrones de precipitación, los investigadores analizaron la cera vegetal procedente de las hojas de las plantas acumuladas en los sedimentos oceánicos. Debido a que las plantas alteran la composición química de la cera de sus hojas dependiendo de cuán seco o húmedo sea el clima, la composición y proporción de cera en los sedimentos proporcionó a los investigadores un registro de las precipitaciones.

Los resultados del estudio pudieron mostrar que el movimiento de los seres humanos desde África hacia Europa coincidió con un periodo de cambio en las condiciones climáticas; concretamente un cambio que pasó hacia condiciones más secas y frías. Esos resultados han sido corroborados por otros científicos que reconstruyeron el clima de la cuenca oriental del Mediterráneo y otras zonas de Israel, a partir de metodologías distintas. Ambos estudios sugieren que ese proceso de cambio climático se produjo de manera generalizada en todo el noreste de África.

Los científicos creen que el norte de África presentaba unas condiciones muy extremas cuando los primeros seres humanos se convirtieron en los primeros refugiados climáticos y empezaron a abandonarlo para diseminarse por todo el mundo.